Una mutación llenó sus células de antocianinas
El Fagus sylvatica var. atropurpurea es un árbol de una belleza extraña, sorprendete, impactante. No parece posible que un árbol así pueda ser real. Cuando lo vi en los jardines del "Champ de Mars", muy cerca de la Torre Eiffel de París, no me lo podía creer. Es la oveja negra del jardín, el garbanzo negro, el patito feo, pero su negritud no lo hace nada feo, más bien todo lo contrario. Me quedé extasiado, embelesado, prendado de aquel árbol imponente de un color granate tan intenso que de lejos parecía negro.
El contraste con el verdor de los otros árboles es lo más bonito, lo más llamativo. Su extraño color es debido a una mutación metabólica que le hace sintetizar antocianinas en cantidades astronómicas, las cuales se acumulan en sus hojas, sus frutos, sus ramillas, sus ramas principales y secundarias y también en la corteza de su tronco. Ampliando las fotos con un doble clic se aprecia mejor su belleza..
Las antocianinas son pigmentos hidrosolubles sintetizados por las células vegetales para protegerse de los rayos ultravioleta del sol, sobretodo en los brotes tiernos de muchas plantas, los cuales cuando maduran pierden el color púrpura o rojo que es superado o enmascarado por el color verde de la clorofila. Además de proteger las plantas de los rayos solares, también se encuentran en muchas flores para atraer a los insectos polinizadores. Las antocianinas pueden ser rojas, púrpuras o azules. Se acumulan en el interior de las vacuolas del citoplasma de las células vegetales y son las responsables, junto con otros pigmentos, del color de los pétalos de muchas flores.
Para que veáis la diferencia en el color aquí tenéis un brote nuevo de haya "normal" con sus frutos amarillos sin antocianinas.
Tal vez lo más espectacular del haya púrpura es su tronco con una corteza de un color intermedio entre negro, gris oscuro y granate. Este otro ejemplar crece en el bellísimo "Jardin du Luxembourg" de París. Le calculé un diámetro de unos 80 centímetros. La corteza es lisa y muy suave al tacto. Seguramente supera el siglo de vida.