Quantcast
Channel: Sangrando en verde
Viewing all 294 articles
Browse latest View live

Rosa canina de Les Fonts de l'Algar

$
0
0
Hace algo más de cinco años, en mayo del 2012, viajé a Alicante, Albacete y Murcia para hacer realidad una de mis asignaturas pendientes: conocer la naturaleza de esta zona de la Península Ibérica que nunca había visitado. En mi ignorancia imaginaba encontrarme con una vegetación mediterránea muy parecida a la de Mallorca, pero al recorrer el tramo desde el aeropuerto de Elche hasta el hotel en mi coche de alquiler me llevé una desagradable sorpresa. El paisaje era extremadamente árido, casi predesértico. Me entristecí y pensé que me había equivocado en mi elección del destino de mis vacaciones, que allí sólo vería hierbajos resecos, torturados por los implacables rayos de un sol tórrido y una cruel y pertinaz ausencia de lluvias.

Como todas las rosas silvestres, la Rosa canina tiene cinco pétalos.

Durante los primeros días visité el Castillo de Sax con una exuberante vegetación rupícola que me fascinó, el bellísimo Castillo de Almansa en Albacete que dejó un recuerdo imborrable en mi memoria y el inalterado y prácticamente virgen Parque regional El Valle y Carrascoy en Murcia, en el que sentí bullir la vida a pesar de su extrema aridez. 

Había programado el viaje con la ilusión de ver los helechos alicantinos, murcianos y albaceteños, pero en ninguno de estos lugares había humedad suficiente para estas plantas tan primitivas, a medio camino entre las algas y las palmeras, que tanto necesitan al agua para su crecimiento.

A pesar de haber visto tanta vida y tanta esperanza sentía una decepción inconmensurable en mi alma. Entonces mandé un email a mi amiga Matilde, valenciana ella, gran amante de la vida y la naturaleza como yo, para contarle mis penas. Tras un rato de espera recibí su contestación: "La única zona verdaderamente húmeda de Alicante que yo conozco son Les Fonts de l'Algar situadas en el municipio de Callosa d'en Sarrà." 

Aquella noche casi no dormí ansiando que saliera el sol para meterme en mi coche de alquiler y visitar aquellas fuentes alicantinas. Antes de acostarme estudié bien las carreteras en un mapa que me facilitaron en la recepción. Quería ir directamente sin perder ni un minuto del valioso tiempo de mis vacaciones.

La Rosa canina es muy variable en su morfología. A veces cuesta mucho asegurar su exacta taxonomía. Necesité las claves botánicas de Flora Ibérica para definir la especie. Ruego a los expertos en rosales silvestres que si consideran que me he equivocado en la determinación no duden en decírmelo.

Por el camino me encontré con un mar de invernaderos bajo los cuales crecían millones de nísperos del Japón cargados de frutos. Mi afición por la agricultura me obligó a parar en la cuneta para ver mejor aquella interminable explotación hortofrutícola en monocultivo. Quedé impresionado. Bajo el plástico de los invernaderos estos frutales japoneses maduran sus frutos con dos o tres semanas de antelación, tiempo valiosísimo para llenar el mercado de deliciosos nísperos amarillos justo después de la maduración de las primeras cerezas del Jerte extremeño. Gracias a estas semanas de adelanto los avispados agricultores alicantinos obtienen pingües benefícios.

Flor de Rosa canina abriéndose bajo el sol de la mañana. 

Continuando por la estrecha y tortuosa carretera de pronto el paisaje cambió y ante mí apareció una vegetación exultante. Había llegado a Les Fonts de l'Algar. No me fue fácil encontrar aparcamiento. Había cientos de visitantes, sobre todo familias con niños. En la entrada había una especie de taquilla donde pagué gustoso la tarifa para acceder a aquel increible oasis lleno de agua y vida. Cascadas, torrenteras, ruido de agua, frescor y ¡helechos! Por fin los veía tras cuatro días buscándolos.

Misma Rosa canina anterior vista desde arriba.

Tras disfrutar de aquella maravilla de la naturaleza y fotografiar los helechos, recorrí los bancales que flanquean la fuente y por primera vez en mi vida vi plantas bellísimas que sólo conocía por los libros o internet. Mi cámara Canon PowerShot SX200 echaba humo. Menos mal que llevaba una tarjeta de memoria suplementaria y una batería de repuesto.

Y allí estaban una docena de rosales altísimos, alguno de los cuales superaba los tres metros, con largas ramas curvadas hacia abajo cubiertas de flores enormes que exhalaban un perfume embriagador. A principios de mayo todavía conservaban unos pocos escaramujos del año anterior y al verlos enseguida me vino la idea de llevarme unos cuantos a Mallorca, para sembrar sus semillas en mi huerto. Siempre que voy de viaje me llevo un recuerdo vivo y en esta ocasión elegí los rosales alicantinos.

Oedemera femorata alimentándose del polen y el néctar de esta flor de Rosa canina. Este escarabajito es uno de sus polinizadores. Produce una sustancia tóxica llamada cantaridina, que libera cuando se siente agredido como mecanismo de defensa para protegerse de sus depredadores.

Nada más llegar a Mallorca sembré las semillas y a las pocas semanas germinaron. Ahora tengo un gran rosal que lleva varios años produciendo rosas y escaramujos. Su crecimiento es tan vigoroso que tengo que podarlo con frecuencia para acortar sus larguísimas ramas.

Rosas de la planta madre alicantina. Son más grandes que las que produce su hijo mallorquín, tal vez porque lo tengo sembrado en un gran macetón. Si lo hubiera plantado en el suelo seguramente sería mucho más vigoroso y produciría flores tan grandes como las de su madre.

Otras rosas alicantinas de Les Fonts de l'Algar. Exhalaban un aroma embriagador.

Las flores de Rosa canina cuando se abren lucen unos pétalos de un color rosa intenso. Con el paso de las horas van palideciendo hasta volverse completamente blancas.

Los estambres masculinos son numerosos y de un color amarillo intenso.

Los estambres rodean a los pistilos femeninos que estan reunidos en una especie de coliflor o piña estigmática receptora del polen. Los estigmas de los pistilos maduran antes que las anteras de los estambres para evitar la autopolinización, lo que se llama protoginia. En la flor de la imagen las anteras masculinas todavía no han madurado y no desprenden ningún polen. Esta rosa está pues en fase femenina. Sólo han madurado los estigmas femeninos. Los granos de polen pegados al cuerpo de los escarabajitos proceden de otra flor en fase masculina y, con el trasiego de los bichitos en busca del delicioso néctar situado al fondo de la flor, se pegan a los estigmas femeninos que tienen adrede una superficie muy pegajosa y los fecundan.

Rosa al tercer día de su apertura. Se aprecia la pérdida progresiva del pigmento rosado y la degeneración de los estambres que ya han cumplido con su misión de producir polen y se van cayendo.

Las abejas melíferas, junto con los escarabajitos del género Oedemera y algunas mariposas son sus polinizadores naturales.

En esta imagen combinada podéis ver el proceso de blanqueamiento progresivo de los pétalos, lo cual da una belleza suplementaria al rosal al llevar flores de distinto color.

Numerosos escarabajitos de la especie Oedemera femorata alimentándose del polen y el néctar de esta rosa a finales de abril.

Las hojas de la Rosa canina llevan entre cinco y siete folíolos. El haz luce un intenso y brillante color verde y su superficie es glabra, es decir, sin pilosidad ni glándulas. El borde de los folíolos es denticulado en forma de serrucho con dientes simples o dobles y en general profundos y estrechos.

 El envés de los folíolos luce un color verde más pálido y tampoco presenta ninguna pilosidad, salvo a veces alguna glándula en el raquis.

 Lo que si presenta son pequeños acúleos ganchosos en el envés del raquis de la hoja, uno en la inserción de cada par de folíolos.

 A lo largo del tallo presenta fuertes acúleos o espinas ganchudas y aplanadas de base de inserción elipsoidal con la punta dirigida hacia atrás.

Los frutos o escaramujos, que en botánica reciben el nombre de úrnulas, a medida que van madurando pasan de verdes a anaranjados hasta acabar luciendo un intenso color rojo.

Detalle de dos escaramujos de Rosa canina todavía a medio camino de la maduración completa.

Los escaramujos presentan un capa carnosa muy rica en vitamina C perfectamente comestible. En su interior se encuentran las semillas rodeadas por pelillos duros como diminutas agujas, cuya misión consiste en irritar el tubo digestivo de las aves y pequeños mamíferos que se alimentan de los escaramujos, para provocarles diarrea, consiguiendo así que defequen muchas veces y repartan las semillas lejos de la planta madre.  

Los escaramujos se pueden consumir directamente tras limpiarlos de semillas y pelillos. Saben aciditos y a la vez dulces. Se pueden añadir a ensaladas o preparar con ellos mermelada, jalea, tartas y helado.

Aquella noche le escribí un email a Matilde para darle las gracias por haberme recomendado visitar Les Fonts de l'Algar. En su respuesta me habló de un lugar maravilloso, el Parc Natural del Carrascar de la Font Roja. Fue el mejor regalo que podía hacerme. Guardo un  recuerdo imborrable de este parque de ensueño. 

¡Muchas gracias, amiga Matilde!


Bacalao rebozado en salsa de Lúcumo del Perú

$
0
0
Con guarnición de patatas negras de los Andes peruanos


Ante la abundancia de frutos de lúcumo del Perú, Pouteria lucuma, de este otoño, hoy se me ha ocurrido preparar un plato salado con la pulpa de varios lúcumos y un trozo de lomo de bacalao. El resultado ha sido absolutamente delicioso, un verdadero manjar de dioses. Literalmente me he chupado los dedos y relamido los labios.

INGREDIENTES POR PERSONA

 -Un trozo de lomo de bacalao previamente desalado.
 -Tres lúcumos maduros.
-Un yogur natural.
-Dos patatas negras.
-Tres tomatitos Cherry.
-Un ajo.
-Una rama de perejil fresco.
-Aceite de oliva.
-Sal.

 Como ya os expliqué en esta otra entrada--->Lúcumo del Perú, un regalo de los Andes, este fruto andino tiene una pulpa anaranjada, dulce, cremosa y aromática. Todavía no es muy conocido, pero ya se empieza a cultivar en todas las zonas de clima subtropical y mediterráneo libre de heladas, como por ejemplo en las Islas Baleares y en la costa andaluza, valenciana y catalana.

 Los lúcumos o lúcumas tienen una piel muy fina. Se pelan con facilidad. Para comerlos deben estar un poco blandos, de lo contrario tienen la pulpa muy dura con una savia lechosa muy irritante para las mucosas de la boca.

 La pulpa en un frasco de batidora preparada para hacer la salsa.

 Le  he añadido un yogur natural de leche de vaca. Los productos de esta marca son de gran calidad.

 Pulpa de lúcuma, yogúr natural y una pizca de sal. Nada más.

Se bate hasta obtener una salsa muy espesa de un vivo color anaranjado. Se reboza el lomo de bacalao con una capa gruesa de salsa de lúcumo y se echa en una sartén antiadherente con unas gotas de aceite de oliva virgen extra. Se fríe por un lado hasta que el rebozado de salsa está algo tostado y luego se le da la vuelta y se fríe por el otro lado. La salsa se mantiene adherida al bacalao como si fuera un verdadero rebozado.

 Para completar el plato he hervido dos patatitas negras de los Andes peruanos, Solanum tuberosum var. Vitelotte noire. Se hierven con la piel en agua y sal y luego se pelan. Se parten por la mitad a lo largo y se aliñan con ajo, perejil, sal y unas gotas de aceite de oliva virgen extra. Los tres tomatitos cherry también se parten por la mitad y se aliñan con sal y aceite.

 Y aquí tenéis el resultado. 

¡Uhmmm, qué rico!

 ¡Buen provecho, amigos!

 

PENNE CON CALAMARI, FUNGHI E BASILICO

$
0
0
Plumas con calamares, setas y albahaca


Ingredientes para dos personas

-300 gramos de macarrones tipo penne (plumas)
-400 gramos de calamares pequeños
-100 gramos de setas (las que se quiera)
-Una cebolla mediana
-Dos o tres tomates medianos
-Uno o dos ajos
-Un trocito de pimiento picante (peperoncino)
-Un ramillete de albahaca fresca
-Aceite de oliva virgen extra
-Pimienta
-Sal

En una sartén con un chorrito de aceite oliva virgen extra se van friendo los ingredientes empezando por el ajo y la cebolla. Cuando ya está medio pochado, se le añaden los calamares y las setas y a continuación el tomate y el pimiento picante o chile, verde o rojo, fresco o seco, cortado a rodajitas finas. Se sofríe todo junto a fuego medio y se salpimenta al gusto.



Se hierven los penne en abundante agua con sal hasta que están al dente y luego se echan sobre el sofrito. Se mezcla todo con el fuego encendido y se va removiendo para que la pasta se termine de cocer y absorba los jugos de la salsa. Si queda seco se le puede añadir un poco del caldo de hervir la pasta. Y ya con el fuego apagado, se le echan unas hojas picadas de albahaca, se mezclan bien con los penne y a comer.

 ¡Qué buena pinta, ¿verdad?! Su sabor es intenso y delicioso, un regalo para el paladar.

¡Buen provecho, amigos!

Candidatus phytoplasma phoenicium, la escoba de brujas de los enebros y las sabinas

$
0
0
Los phytoplasmas son seres tan primitivos, que ni siquiera tienen una membrana celular propia ni un sistema reproductivo propio, hasta el punto que no se pueden aislar de su huésped ni mucho menos cultivar en el laboratorio. Candidatus significa precisamente eso. La única manera de detectar y confirmar su existencia en las malformaciones tisulares que provocan en su víctima es mediante el estudio del genoma de ésta, en busca de marcadores genéticos exclusivos de cada phytoplasma, integrados en el ADN del huésped. En el caso que nos ocupa el marcador genético buscado es el Subclado 16SrIX-A, B, C, D, E, etc..., según la especie vegetal afectada.

Candidatus phytoplasma phoenicium, afectando la rama de un Enebro mediterráneo de frutos grandes o Cada de Mar, Juniperus oxycedrus subsp. macrocarpa (macho), a la que enaniza (bonsaiza) reduciendo su crecimiento y compactando sus ramillas en forma de bola, transformándola en una típica Escoba de Brujas o Injerto de Brujas, semejante a la de los pinos carrascos.

 
Uno de sus vectores de diseminación es laAsymmetrasca decedensPaoli (Cicadellidae, Typhlocybinae), un insecto que en fitopatología recibe el nombre de mosquito verde. Se alimenta de la savia de numerosas especies de hierbas, arbustos y árboles, a las que infecta con el Candidatus phytoplasma phoeniceum a través de su saliva. El mosquito verde es, pues, el portador involuntario y el transmisor también involuntario, utilizado por el phytoplasma para su perpetuación como especie. El parásito ingresa en su aparato digestivo a través de la savia chupada a una planta parasitada y, al chupar a otra planta, la infecta con el phytoplasma.

Base de la escoba de brujas del enebro mediterráneo anterior.

Detalle de la ramilla infectada que se ha torcido hacia abajo por el peso de la escoba de brujas.

El enebro mediterráneo de frutos grandes (macrocarpa) vive de forma natural sobre la arena de las zonas costeras de Mallorca. En la imagen podéis ver un tupido bosquete de enebros o cadas de mar en la bahía de Can Picafort.

Al crecer tan tupidos no es fácil fotografiar un ejemplar aislado, como el de la imagen.

Hojas de Cada de mar o Enebro mediterráneo de frutos grandes con las dos rayas blancas en el haz de sus hojitas acutiformes, que pinchan como agujas.

Detalle de las dos rayas blancas.

Inflorescencias masculinas en forma de cono o estróbilo de uno de mis dos ejemplares.

Detalle de los conos masculinos que producen una nube de polen que es arrastrado por el viento para polinizar las flores femeninas por anemocoria (polinización por el viento).

Frutos tiernos o gálbulos de un ejemplar femenino.

Gálbulos maduros en un ejemplar de Can Picafort.

La Escoba de brujas que os presento crece sobre esta Cada de mar de sexo masculino, que sembré hace unos 25 años. No parece afectar al árbol en su conjunto. Sólo a la rama infectada.

Detalle de la corteza de mi Enebro mediterráneo de frutos grandes.

La escoba de brujas es pequeña. Ese detalle se puede apreciar comparándola con mi mano.

Bibliografía online en la que se habla de este Phytoplasma

Sobre almendros, Prunus amigdalus, en el Líbano e Irán, subclado 16S rIX-A ---> 
Candidatus phytoplasma phoenicium, a novel phytoplasma associated with an emerging lethal disease of almond trees in Lebanon and Iran

Sobre almendro, melocotón y nectarina en el Líbano, subclado 16SrIX-B--->
Asymmetrasca decedens (Cicadellidae, Typhlocybinae), a natural vector of ‘Candidatus Phytoplasma phoenicium’

Sobre enebro norteamericano, Juniperus occidentalis, subclado 16SrIX‐E--->
First report of a new subgroup 16SrIX‐E (‘Candidatus Phytoplasma phoenicium’‐related), phytoplasma associated with juniper witches broom disease in Oregon, USA

Sobre Onobrychis viciifolia en Irán, subclado 16SrIX-I--->
First report of a 'Candidatus Phytoplasma phoenicium'-related strain (16SrIX-I) associated with yellowing of Onobrychis viciifolia in Iran



Las especies alóctonas, mutantes, híbridas, es decir, las más adaptables, ¿son el futuro?

$
0
0
 ¿Las autóctonas y especialmente las endémicas están condenadas a la extinción?

Sé que este tema crea mucha polémica. Es una herejía para el ecologismo más ortodoxo, pero és una verdad real y tangible, no solamente ahora con la globalización de la flora y la fauna a nivel mundial causada por el hombre (invasoras, introducidas, asilvestradas, aclimatadas, transgénicas, hibridadas, alóctonas de jardín, frutales, forestales, hortalizas, etc...), sino que en realidad, aunque de una forma mucho más lenta (miles de años, millones de años...), ha sido una constante de la evolución de los seres vivos que habitan en cada uno de los rincones de nuestro planeta.

 Tupido bosque de gigantescos ejemplares de Cryptomeria japonica, perfectamente adaptadas, asilvestradas y naturalizadas en las Islas Azores. Fueron introducidas por los portugueses como árbol maderero, sustituyendo el ancestral bosque de Laurisilva macaronésica, que fue arrasado. Este bellísimo árbol japonés se sintió tan a gusto en su nuevo hogar, que en pocas décadas se asilvestró y cubrió de un nuevo verdor las montañas volcánicas azorianas.

Sotobosque de las cryptomerias azorianas con una gruesa capa de hojarasca  rica en resinas, tóxicas para las plantas autóctonas de estas paradisíacas islas atlánticas, salvo para los helechos azorianos, que viven encantados y crecen bien lozanos sobre este mantillo en descomposición extremadamente ácido.

La diferencia actual es la velocidad con que se produce la transformación de la naturaleza. El hombre, visto desde el punto de vista extríctamente animal, es una de las plagas mas destrutivas que ha existido jamás. No sólo es una plaga en si mismo, sino que con su actividad invasora-explotadora de la naturaleza provoca que otros seres vivos se transformen a su vez en plagas. Y al mismo tiempo que unas especies son transformadas en plagas, otras más débiles o demasiado adaptadas a unas condiciones muy concretas ven acelerada su extinción.

 Bellísimo y vigoroso ejemplar del mítico helecho antediluviano Asplenium anceps, fotografiado en la cima del Monte Poíso de la Isla de Madeira, que sobrevive a duras penas bajo las copas de los tupidos bosques monoespecíficos de pinos alóctonos, introducidos como árboles madereros en la pequeña isla portuguesa.

Todos sabemos que en la naturaleza lo normal es la extinción y lo excepcional es la supervivencia. Basta con preguntar a los paleontólogos. Ellos más que nadie, con el estudio de los fósiles, nos pueden explicar este axioma. La historia de la vida es una sucesión constante de extinciones. Cada extinción, sin embargo, siempre deja unos pocos seres vivos que perpetúan la vida en la Tierra. Son los más fuertes, los más adaptables, los más agresivos, los mutantes, los híbridos. Tenemos el ejemplo de las aves que, según los paleornitólogos y genetistas, son las descendientes actuales miniaturizadas de los dinosaurios. Las mutaciones que calentaron su sangre y transformaron las duras escamas de su piel reptiliana, deshilachándolas en forma de suaves y cálidas plumas, les permitieron sobrevivir a los períodos fríos que siguieron a la extinción de los grandes dinosaurios. 

 Joven ejemplar de Ginkgo biloba con su bellísimas hojas otoñales, viviendo feliz en la isla de Mallorca, muy lejos de su Japón ancestral.

En el mundo vegetal tenemos verdaderos fósiles vivientes como el Ginkgo biloba, que lleva millones de años sobre la Tierra sin cambiar prácticamente en nada. Es tan fuerte, tan adaptable, tiene una combinación genética tan perfecta, un ADN tan estable y resistente a los efectos mutágenos de la radiactividad, que ni las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki lo pudieron matar, ni siquiera alterar mínimamente su genoma. Muy cerca del epicentro donde cayeron las bombas, donde todos los seres vivos habían muerto fulminados por la radiación y/o quemados por las altas temperaturas, había unos ginkgos centenarios que aparentemente también habían muerto. La gran sorpresa fue que en la primavera siguiente, bajo la corteza chamuscada de su tronco y ramas principales, se formaron nuevas yemas meristemáticas a partir del cambium subcortical y brotaron de nuevo como si nada o casi nada hubiera pasado. ¿A cuántas extinciones masivas habrán conseguido sobrevivir a lo largo de millones de años? 

 Las hojas del ginkgo són únicas, extrañas, bellísimas. Con su forma en abanico Pay-pay recuerdan a las frondes de los helechos de la familia de las Adiantaceae. ¿Son sus descendientes evolutivos?

Sorprende el extraordinario parecido de las hojas de los ginkgos con las pinnas abanicadas del helecho Adiantum capillus-veneris.

¿La flora y la fauna actuales de las Islas Baleares, por ejemplo, son las mismas de hace 5.000 años? Es evidente que no. Ya no existe el mítico antilope enano Myotragus balearicus ni los lirones gigantes Hypnomys morphaeus e Hypnomys mahonensis ni las musarañas baleares Nesiotites hidalgo. 

Impresionante esqueleto completo de Myotragus balearicus, expuesto en el fantástico Museu Balear de Ciències Naturals de Sóller (Mallorca).

 Con sus dos incisivos inferiores de rata y sus potentes mandíbulas ramoneó durante milenios en completa paz las correosas hierbas y arbustos, que vestían de verde las entonces paradisíacas islas de Mallorca y Menorca. Unas pocas décadas bastaron para acabar, hace unos 3.000 ó 4.000 años,  con todos los ejemplares de este extraordinario antílope enano, a manos de los nuevos invasores humanos, mis talayóticos antepasados alóctonos.

Los pocos tejos que sobreviven en la actualidad en las cimas más inaccesibles de la Serra de Tramuntana son un triste espectro de las extensas y bellísimas tejedas, que un día cubrieron nuestras montañas mallorquinas de un maravilloso manto verde. 

 El dulce arilo rojo de los frutos de los tejos hembra sirvieron de alimento a las pequeñas y abundantes aves frugívoras, que entonces llenaban de alegría con sus bellísimos gorjeos aquellos parajes de ensueño que bullían de vida.

Las ginetas y las comadrejas, consideradas como bien nuestras y bien integradas en nuestro ecosistema natural, en realidad fueron introducidas, después asilvestradas y finalmente naturalizadas. Hace 5.000 años en las Islas Baleares tampoco había algarrobos, higueras, almendros ni albaricoqueros, y en la actualidad a nadie se le ocurriría erradicarlos de nuestras tierras de secano por ser alóctonos. Forman parte inseparable del alma de las islas y de todo el Mediterráneo.

 Algarrobo centenario en un campo de secano del centro de la Isla de Mallorca. Lo sembró mi tatarabuelo hacia el año 1850. El algarrobo, Ceratonia siliqua, es originario de Oriente próximo. Es, pues, una especie alóctona que ha sido introducida con éxito en todas las regiones de clima mediterráneo de la Tierra.

Otro algarrobo centenario dando sombra a un tramo de este camino rural del municipio portugués de Moncarapacho, situado en el Algarve.

Imponente tronco del algarrobo algarvense anterior de un metro de diámetro.

 Terreno aterrazado con una cuidada plantación de almendros en la ladera de una montaña del municipio alicantino de Tárbena. El almendro es un frutal alóctono, originario del Asia Central.

En Mallorca los campos de almendros floridos, que con sus flores intensamente blancas parecen cubiertos de nieve, forman parte de las postales más bonitas y entrañables de la isla. ¿Quien se atrevería a negarles la existencia por ser alóctonos? Los mallorquines consideramos los almendros tan nuestros, que a Mallorca sin ellos parecería faltarle el alma.

Y qué decir de las higueras, tan mediterráneas, tan nuestras, tan entrañables y queridas. Gracias a sus deliciosos y nutritivos frutos pudieron sobrevivir a las terribles y mortíferas sequías, que asolan de tanto en cuanto las islas, desde nuestros antepasados fenicios que hace varios milenios trajeron en sus barcos mercantes las primeras higueras, pasando por nuestros otros antepasados andalusíes, que adoraban a las higueras y expandieron sus cultivo por todo el Mediterráneo, hasta los nuevos repobladores catalano-aragoneses, que hace 800 años mezclaron su sangre con los andalusíes isleños supervivientes del genocidio y continuaron con la adoración de la higuera como un árbol totémico que da identidad e idiosincrasia a las islas. 

Pulpa dulce y jugosa de los higos de la imagen anterior. Pertenecen a la variedad bereber norteafricana "Argelina", muy cultivada desde la antigüedad en todo el Magreb, las Islas Baleares y las Canarias. Hace veinticinco años me traje un par de ramitas del Pico del Teide, que enraizaron enseguida, y ahora tengo varias higueras de esta antiquísima variedad africana. 

Y el albaricoque, otro tesoro delicioso, tan nuestro que hasta tiene unas cuantas variedades baleares, seleccionadas por los tenaces, sufridos y avispados payeses isleños. Como la mayoría de frutales cultivados es alóctono. Lo dice su nombre científico, Prunus armeniaca, es decir, ciruelo de Armenia.

 Y no nos olvidemos de nosotros mismos, los humanos. Hace 590.000 años en Eurasia no había ningún animal del género Homo. Entonces salieron de África los primeros humanos erguidos, que posteriormente evolucionaron hacia la especie Homo neanderthalensis y poblaron toda Europa y Asia, mientras en África continuaban evolucionando otras especies Homo con no pocas extinciones, es decir, ensayos de supervivencia a través de continuas mutaciones adaptativas, unas exitosas y otras nefastas. Varios cientos de miles de años después hubo una nueva salida de humanos africanos hacia Eurasia, esta vez del evolucionado Homo sapiens, de piel, cabellos y ojos oscuros, adaptado a la intensa insolación y al clima tropical del continente africano. En su expansión, en primer lugar hacia Oriente próximo y posteriormente hacia Europa y el resto de Asia, se encontraron con ejemplares de Homo neanderthalensis y se hibridaron con ellos. Los genes de los neandertales,con su piel blanca, sus ojos verdes, azules o grises y su cabello rubio o pelirrojo, adaptados a la escasa insolación y al gélido clima de Eurasia, quedaron integrados en el nuevo genoma híbrido de los descendientes de aquella coyunda interespecífica y les permitieron soportar las espantosas y con frecuencia letales glaciaciones, que se fueron sucediendo a lo largo de los siguientes milenios. Nosotros, pues, los actuales humanos europeos y asiáticos, junto con los indios americanos, a excepción de los africanos del centro y sur del continente negro que no se hibridaron, llevamos genes neandertales en nuestro genoma. No somos, por tanto, Homo sapiens puros, como sí lo siguen siendo los africanos, sino híbridos, mestizos, mulatos interpecíficos, una mezcolanza genética extraordinaria, que nos ha permitido poblar hasta el último rincón de la Tierra y adaptarnos a todos los climas. Somos, pues, una hibridación exitosa, tanto que en sólo un milenio nos hemos convertido en una plaga infernal para las demás especies y corremos el peligro de autodestruirnos en nuestro irrefrenable afan por progresar sin límites, consumiendo los escasos y limitados recursos del planeta Tierra, el único hogar que tenemos.

Entonces me vuelvo a hacer la misma pregunta inicial: ¿La naturaleza es estática o dinámica? ¿És correcto demonizar todo lo que no sea extríctamente autóctono? Ninguno de nosotros, a excepción de los africanos que continuan habitando en su continente ancestral, lo somos, aunque nos cueste aceptarlo o reconocerlo, dado nuestro orgullo y prepotencia de especie dominante. Sí, efectivamente, somos una especie alóctona, invasora, extranjera, inmigrante, abocada a la extinción por nuestra codicia e insensatez. 

Y hablando de extinciones, ¿no es cierto que muchas especies, consideradas actualmente como alóctonas, hace miles o millones de años formaban parte de nuestra flora y fauna autóctonas? 

 Bellísimo ejemplar del gigantesco helecho Woodwardia radicans, creciendo en un claro de un bosque en las afueras de la ciudad de Funchal de la Isla de Madeira.

Un ejemplo son los bosques relictos de laurisilva subtropical, que perviven a duras penas en el sur de la Península Ibérica y en la costa cantábrica, con los bellísimos helechos, algunos gigantescos, Woodwardia radicans, Diplazium caudatum y Osmunda regalis, el helecho cosmopolita tropical Christella dentata, que fue salvado de la extinción en Andalucía cultivando las esporas que quedaban en la tierra donde antes había vivido y luego fue reintroducido en su antiguo hábitat, los helechos macaronésicos Davallia canariensis y Asplenium hemionitis, etc..


Christella dentata rodeada de Tradescantia fluminensis, creciendo juntas en las laderas del Monte Carneiro de la Isla de Faial del Archipiélago de las Azores. Ambas especies, tanto el helecho como la planta rastrera, son alóctonas invasoras, introducidas con inusitado éxito por el hombre en las islas azorianas.

Todos esos helechos, hace miles de años, cuando Europa gozaba de un clima subtropical, poblaban las vastas tierras, entonces vírgenes, del sur de Europa, la Cuenca Mediterránea y el Norte de Africa. Ahora, si alguien los introdujese en los hábitats que antes fueron bien suyos, el acto sería considerado imperdonable, una blasfemia ecológica, un grave delito perseguido y duramente castigado por la ley.

¿Qué derecho tenemos los humanos, al fin ya al cabo una especie animal más, a decidir lo que debe sobrevivir y lo que debe ser eliminado, cuando los máximos responsables (culpables) de la introducción de especies exóticas invasoras somos precisamente nosotros mismos? 

¿Servirán realmente los esfuerzos de los naturalistas, que tanto amamos la vida silvestre, para evitar la extinción de nuestros más preciados y escasos endemismos? ¿Es su destino inexorable la extinción?
 
Diminuta Naufraga balearica, una plantita endémica de Mallorca que corre un gravísimo peligro de extinción.

 Otro endémica diminuta, la tirrénica Arenaria balearica, tan menuda como bonita.

Es tan pequeñita y frágil que mueve a la ternura. En su indefensión, con su inmaculada florecita blanca que se abre sobre un tallito de no más de dos centímetros, parece mirarnos temblorosa, como si para ella fuéramos despiadados gigantes sin corazón: "¡Dejeme vivir, señor ogro. Se lo suplico, no me pisotee, no destruya mi hogar. Yo soy muy buena y no le hago daño a nadie. Soy una hierbita tan vulnerable...!"—nos ruega, como pidiéndonos clemencia, con su inaudible y dulce vocecita llena de inocencia.

¿Qué opinais sobre todo eso?

SUPERMERCADO ONLINE PARA BRUJAS

$
0
0
Pasen ustedes, diabólicas señoras. Será un placer atenderlas. Tenemos un gran surtido en escobas. Nuestros encantadores y seductores azafatos, adiestrados en dar solaz a nuestras clientas, tras valorar sus necesidades en la intimidad de nuestros probadores, las ayudarán a encontrar el modelo que más se adapte a su delicada anatomía perineal. Con nuestras potentes máquinas de última generación, fabricadas en aromática madera de enebro, enriquecida con esencias de mandrágora, beleño y estramonio, les garantizamos unos aquelarres memorables. Y si no quedan satisfechas, cosa que dudamos, les reintegraremos el dinero en sus Tarjetas Black del Banco del Averno.

Y ahora en serio, amigos...

ESCOBAS CAUSADAS POR PHYTOPLASMAS

A-CANDIDATUS PHYTOPLASMA PINI

1.- SOBRE PINUS HALEPENSIS

Escoba o Injerto de Brujas sobre una rama de Pinus halepensis en el municipio gaditano de Jimena de la Frontera.

Misma escoba de brujas anterior vista de cerca.

 
En esta imagen se aprecia la enmarañada y tupida estructura de sus ramas enanizadas.

Injerto de brujas en el fantástico Parque Regional El Valle y Carrascoy situado en la provincia de Murcia.

Escoba de brujas en un pinar de Pinus halepensis del predio de Castellitx en el centro de Mallorca

Escoba de brujas completamente esférica creciendo en el extremo de una larga rama en el mismo pinar de Castellitx.

Misma escoba de brujas anterior que con su color verde intenso parece gozar de una gran salud. En su interior tiene abundantes piñas enanas con piñones pequeñitos perfectamente viables. Son muy buscados por los viveristas y coleccionistas de coníferas "raras", ya que de ellos nacen pinos enanos muy compactos que se venden a precios elevados.

2.- SOBRE PINUS CANARIENSIS

 Escoba o injerto de brujas en un pinar de Pinus canariensis en el municipio de Santiago del Teide situado en la falda sur del imponente volcán tinerfeño. Los altísimos pinos crecen sobre la lava volcánica tostada bajo el intenso y cegador sol canario.

 Escoba de brujas sobre un Pinus canariensis en el maravilloso Parque nacional de la Caldera de Taburiente, situado en la Isla de La Palma.

Misma escoba de brujas anterior. A los pinos canarios les encanta crecer sobre la nutritiva y porosa lava volcánica, que tiene la facultad de absorber la humedad de la brisa marina para transferirla a las sedientas raíces de los pinos.

C- SOBRE PICEA ABIES

En una rama de esta majestuosa Picea abies, sembrada en un huerto de naranjos, que un día, hace unos cuarenta años, adornó y alegró la Navidad en el interior del hogar de una familia de Sóller (Mallorca), crece un escoba de brujas.

Aquí la podemos ver a la izquierda de la imagen.

Típicos conos péndulos de la Picea abies.

Como se puede apreciar en esta imagen hecha con zoom, la parasitación ya está curada o en vías de curación. Hace un par de años las acículas de la escoba se veían bien verdes. ¿Ha sintetizado la Picea fito-anticuerpos contra el Phytoplasma para eliminar la rama infectada? Todo apunta a que sí.

B-CANDIDATUS PHYTOPLASMA PHOENICIUM

SOBRE JUNIPERUS OXYCEDRUS SUBSP. MACROCARPA


Escoba de brujas sobre un enebro mediterráneo, Juniperus oxycedrus subsp. macrocarpa, de unos veinticinco años de edad.

Visión cercana de la escoba de brujas anterior.

Su tamaño en comparación con mi mano.

Punto de inserción de la escoba de brujas sobre la rama sana. Como se puede apreciar el peso de la tupida maraña de ramillas le ha hecho adoptar un hábito péndulo.

ESCOBAS CAUSADAS POR HONGOS

TAPHRYNA KRUCHII

SOBRE QUERCUS ILEX SUBSP. ILEX

Escoba o injerto de brujas sobre una encina, Quercus ilex subp. ilex, del predio de Monnàber, situado en la Serra de Tramuntana de Mallorca.

Visión cercana de la escoba anterior, causada por la infección por el hongo enanizante Taphryna kruchii.

Las hojas de la escoba sufren de clorosis, como se puede apreciar comparándolas con las hojas sanas de la misma encina. El hongo no sólo enaniza su crecimiento sino que además dificulta la síntesis de clorofila.

Escoba de brujas sobre otra encina del inmenso e interminable encinar de Monnàber.

Interior de la escoba anterior con sus ramillas péndulas muy imbricadas.

Las bellotas que producen las escobas de bruja son también pequeñas y las que consiguen madurar son perfectamente viables, pero las encinas infestadas que surgen de esas bellotas, al nacer enanas, débiles y cloróticas, dificilmente logran llegar a adultas.

La estructura en pata de garza de la base del tronco da estabilidad al imponente árbol Mundani

$
0
0
Dentro de dos meses el árbol más espectacular del jardín cumplirá treinta y dos años. Nació en febrero de 1987 de una semilla procedente de un árbol que embellecía una avenida de la ciudad de Nairobi (Kenia). Su madre keniata vivía (o vive todavía) a 1.795 m.s.n.m. en plena línea del ecuador africano. 

 Base del mundani, Acrocarpus fraxinifolius, en septiembre de 2005. Tenía entonces dieciocho años y siete meses. Llevaba catorce años sembrado en el huerto a unos 70 m.s.n.m. y medía ya unos diez metros.

 El mundani, lazcar o cedro rosado es una leguminosa arbórea originaria del Asia ecuatorial (India, Malasia, Indonesia, Birmania), donde forma parte, junto con otros árboles, de las exuberantes selvas tropicales del sur de Asia. Su abuela, pues, era asiática, su madre africana y él es mallorquín.

 Misma base seis años después, en noviembre de 2011. El mundani había alcanzado ya casi un cuarto de siglo de vida.

Un año después, diciembre de 2012, los cambios en la base son mínimos, salvo un ligero engrosamiento del tronco.

 A pesar de estar adaptado a vivir en selvas tropicales permanentemente cálidas y húmedas, mi árbol mundani ha aprendido a tolerar el frío y la sequía sin apenas inmutarse. Si llueve poco crece poco, si llueve mucho crece mucho. En los inviernos especialmente fríos, con temperaturas en ocasiones inferiores a -2º, se comporta como un árbol caduco, tira las hojas y entra en hibernación durante los meses de enero y febrero. (En el Trópico es un árbol perennifolio).

 A finales de noviembre de 2014 las raíces de la base se han engrosado y sobresalen de la tierra en forma de pata de garza para dar estabilidad al altísimo árbol.

Cuando a finales de marzo o principios de abril las temperaturas vuelven a subir, abre en primer lugar sus flores y a las dos semanas brota hojas nuevas de un color rojo intenso, para poder soportar las siempre imprevisibles heladas tardías de primavera.

Cuatro años después, en diciembre de 2018, las raíces sobresalen todavía más y al mismo tiempo la base del tronco va dejando de ser cilíndrica y se engrosa irregularmente formando costillas, tal como crecen los árboles gigantescos más viejos de la Tierra.

 Aquí tenéis varios ejemplos:

Árbol de Júpiter, Lagerstroemia indica, con su espectacular y amplia base que le da estabilidad, embelleciendo el fantástico Jardín Botánico de Sóller. Sólo un violento huracán conseguiría arrancarlo.

Pino carrasco, Pinus halepensis, con un tronco de un metro de diámetro y una amplia base de raíces fírmemente asentadas sobre las rocas y la escasa tierra de este pinar del municipio de Bunyola (Mallorca).

 Este viejo algarrobo, Ceratonia siliqua, varias veces centenario, con su grueso tronco acostillado y su amplia base de sustentación radicular, no le teme a los cálidos vientos que soplan desde el norte de África en el Algarve portugués.
 
Espectacular base de sustentación de esta Casuarina equisetifolia, originaria de Australia, que crece esplendorosa y feliz en los Jardines de los Reales Alcázares de Sevilla.

Este Ficus elastica no corre ningún peligro de ser arrancado por un huracán. Da sombra a los paseantes en los hermosos jardines del Parque de María Luísa de Sevilla.

Esta vetusta encina centenaria crece esplendorosa en el lecho de un torrente seco del municipio de Escorca, en plena Serra de Tramuntana de Mallorca. Un huracán le podría quebrar las ramas, pero jamás arrancarla de raíz.

Este grueso tronco de un metro y medio de diámetro de Metrosideros excelsa, una mirtácea neozelandesa, se asienta sobre una poderosa base de raíces que le dan estabilidad frente a los vientos atlánticos, que soplan a veces con furia en el bellísimo paseo marítimo de la pequeña y entrañable ciudad de Horta, capital de la isla azoriana de Faial.

Este increible tronco de haya negra, Fagus sylvatica atropurpurea, con su amplia base de sustentación da estabilidad a uno de los árboles urbanos más espectaculares de la ciudad de París. Su corteza es muy lisa y suave al tacto. Su negritud, al igual que la de las ramas, las raíces, las hojas y los frutos, se debe a una curiosa mutación que le hace sintetizar cantidades ingentes de antocianos granates, tan concentrados en sus tejidos que le confieren este fantástico color negro.

Espero vivir lo suficiente para ver mi querido mundani convertido en un coloso de varios cientos de toneladas y una altura superior a treinta metros. Este año la primavera, el verano y el otoño han sido muy cálidos y lluviosos, y el árbol ha alargado sus ramas hacia arriba y hacia los lados alrededor de un metro. A finales de diciembre conserva todas sus hojas y está magnífico. Calculo que en la actualidad debe rondar los veinte metros de altura.

En los próximos años os mantendré informados de su evolución.

Y para acabar aquí tenéis un video casero que he grabado este mañana:

 
 Disculpad la mala calidad y el ligero temblor de mis manos.

Degustación y siembra deTupinambos gigantes

$
0
0
Vaya decepción, amigos. Hoy me he levantado a las 6 horas de la madrugada con la ilusión de ir a comprar una encina injertada de la variedad dulce, que venden en unos viveros ubicados en el segundo municipio más populoso de Mallorca, a sesenta kilómetros de mi pueblo. Una panzada de carretera con decenas de cruces y rotondas por nada. La oferta online de encinas dulces de la web de los viveros no es verídica, o por lo menos no lo es en la actualidad. En cuanto he llegado le he preguntado al que parecía el dueño y me ha dicho que ya no las venden, que el vivero de la península que las producía ya no se las sirve. Así que, ya que estaba allí y para justificar el viaje, me he dado una vuelta por el vivero y me he marchado a los veinte minutos sin comprar nada. Había castaños muy hermosos a 24 euros, pero mi frustrante experiencia con ellos y, peor todavía, con los dos injertos de castaño sobre encina que me agarraron y al cabo de unos años se murieron, me ha quitado las ganas de volverlo a intentar. Los castaños siempre se me acaban muriendo con las raíces quemadas por la cal de la tierra mallorquina, y los injertos tampoco prosperan y se secan tras un vigoroso crecimiento inicial. Ya no estoy para más frustraciones. Paso de malos rollos.

 Y ya que estaba fuera del Valle de los Naranjos, circulando por la arteria principal de la isla, me ha venido a la cabeza ir a Palma a comprar Kiwanos del Kalahari en el Mercado del Olivar. Tampoco los he encontrado en una de las paradas especializada en frutas y verduras exóticas, en la que se pueden encontrar verdaderas rarezas ultramarinas. El dueño me ha dicho que los ha pedido como cada año, pero no se los han servido. ¡Vaya m..., —me he dicho— hoy no es mi día!

De pronto mis ojos se han fijado en una cestita llena a rebosar de grandes tupinambos redondos y hermosos, de la variedad gigante "albus". Estaban a 9'50 € el kilo. Nunca los había visto a la venta. Sólo conocía los normales, pequeños, alargados y rojizos. Así que he comprado ocho para probarlos este mediodía. Han pesado 605 gramos y me han costado 5'75 €.

 La pulpa es extraordinaria, jugosa y maciza a la vez, de un blanco inmaculado.

 He hervido cuatro tupinambos en agua con sal.

Y tras retirarles la piel, que una vez hervidos se pela con facilidad, los he preparado aliñados con una sencilla salsa de tomate con un ajo, aceite de oliva y sal. ¡DELICIOSOS! La pulpa es tan tierna que se disuelve en la boca.

 Y tras el sencillo almuerzo vegetariano, acompañado de una mandarina y un té (sigo con el régimen de adelgazamiento), he sembrado los cuatro tupinambos restantes en un macetón con tierra vegetal.

 En el macetón de la izquierda se ve el vigoroso plantel de Allium triquetrum, que sembré de semillas hace unos meses. No tardarán en abrir sus primeras flores. Con ellas me prepararé ensaladas deliciosas con un sutil sabor y aroma a ajo. Ya os hablé de este allium silvestre hace unos años.

 He cubierto los cuatro tupinambos con cinco centímetros de tierra vegetal, sin regarlos. No hace falta. Estarán hibernando hasta la primavera.

La red de plástico verde evitará que los mirlos escarben en la tierra y desentierren los tubérculos.

Os mantendré informados.


Cultivo de Allium triquetrum en un macetón

$
0
0
Desde que probé, hace ya más de veinte años, las flores de este ajo silvestre que crece en abundancia en mi huerto, deseaba cultivarlo como una hortaliza más, y en el año 2017 me decidí e inicié el experimento.

El Allium triquetrum, llamado popularmente Lágrimas de la Virgen por sus bellísimas florecillas acampanadas, es una liliácea silvestre muy abundante en la Serra de Tramuntana de Mallorca.

 Aquí podéis ver un ejemplar en plena floración día 24 de febrero de 2016, creciendo a pleno sol en la base de una pared de bancal con poquísima tierra caliza retenida entre los resquicios de las piedras.

Y estos son sus frutos que cuelgan por su propio peso, dada la debilidad del tallo que los sostiene. Hice la foto día 12 de abril de 2017.

Diez días después, el 22 de abril de 2017, recogí un manojito de frutos justo antes de su completa maduración, ya que si se espera a que completen su proceso de secado, se abren y dejan caer las semillas negras, con lo que resulta muy difícil, por no decir casi imposible, encontrarlas y recogerlas.

Las guardé en un plato durante cinco meses y el 16 de septiembre de 2017 las sembré en un macetón con abundante tierra vegetal.

 Las semillas germinaron a principios de noviembre. Aquí podéis ver los primeros brotes día 1 de diciembre con sólo tres semanas de vida.

 Detalle de los ajitos anteriores.

 Y aquí los tenéis día 20 de enero de 2019 con sus primeras flores recién abiertas, dieciséis meses después de la siembra de las semillas. Se ven exuberantes, ¿verdad? No cabe duda de que les encanta crecer en un macetón con buena y abundante tierra vegetal donde profundizar sus raíces.

 Detalle de la primera inflorescencia abierta.

 Florecillas de la inflorescencia anterior. Su blancura inmaculada brilla con luz propia. El próximo invierno la floración será masiva y entonces podré recolectar flores para prepararme deliciosos platos, ya sea en ensaladas o en tortilla, incluso en guisos más elaborados. Su delicado y suave sabor a ajo tierno les dará un toque único y exquisito.

 Como en esta jugosa tortilla elaborada con un huevo de oca, espárragos trigueros, lágrimas de la virgen y sal.

Dan ganas de darle un bocado, ¿verdad? Os aseguro que me supo a gloria.

O en este sencillo plato con una tortilla de huevo de oca, flores de la sudafricana invasora Oxalis pes-caprae y abundantes lágrimas de la Virgen, aliñadas con un simple chorreón de aceite de oliva virgen extra. Su sabor es tan intenso y crujiente que no necesitan sal.

Injerto Secuencial Doble de Tres Estacas de Higuera

$
0
0
Yo creo sinceramente que a mi avanzada edad ya estoy chocheando, amigos. De no ser así no se me hubiera ocurrido hacer este experimento, digamos loco o imposible, que sólo un milagro puede convertir en exitoso. Ahora os lo explico.

 Hará unos quince años compré por internet estas tijeras de injertar, especiales para hacer cortes perfectos de tres tipos o formas en ramillas del mismo grosor: OMEGA, UVE y CHIP.  Aquí tenéis el enlace al sitio web dónde las compré---> Professional Grafting Pliers. Es posible que este sitio ya no esté operativo, aunque sigue tal como estaba hace tres lustros. Probad de buscar estas tijeras en google. Puede que encontréis alguna web actualizada en la que podáis comprarlas con la Visa.

Las tijeras vienen con tres cuchillas intercambiables. La de la imagen es la del corte Omega.

 El corte Omega es una pasada de bonito.

Los dos cortes quedan tan bien encajados que casi no se mueven, y basta un simple atado para fijar los dos fragmentos de estaca.

 Y aquí empieza el experimento. Mi loca idea consiste en conseguir que tres fragmentos de estaca de diferentes variedades de higuera, una de ellas de cabrahigo silvestre, se fusionen entre sí en uno o dos meses, estando estratificadas hasta la primavera. Si ampliáis la imagen con un doble click podréis ver que la base de enraizamiento será de Napolitana Blanca, una higuera de tipo Esmirna que me traje del Orto Botánico di Roma en forma de una pequeña estaquita de unos 15 cms. introducida en una botellita de agua mineral. Enraizó con tanta rapidez y tanta facilidad que a los 16 meses de sembrarla ya pude saborear su primer higo, delicioso por cierto.

Así pues, dentro de unas semanas, confiando en que ya se estarán fusionando las tres estacas, pondré a enraizar la base de Napolitana Blanca en un medio adecuado que todavía no he decidido. Y si todo va bien, la nueva higuera tendrá las raíces y las ramas bajas de Napolitana Blanca, la parte central de Cabrahiguera macho, que aportará el polen para polinizar los higos de la higuera romana que tendrá a sus pies, y la parte superior de la extraordinaria variedad bífera Blava, que da excelentes y abundantes brevas e higos. Es una variedad mallorquina muy antigua, pero sorprendentemente me la traje de Canarias. Si la buscáis en este blog en el recuadro de búsqueda de arriba a la derecha, podréis conocer su historia.

 Este otro injerto secuencial doble combina una base de enraizamiento de la variedad Coll de Dama Negra, muy vigorosa, rústica y de enraizado fácil, cuyas ramas me darán dulcísimos y aromáticos higos tardíos de piel oscura y pulpa muy roja, una parte central de Napolitana Blanca, cuyas ramas en agosto me darán unos fantásticos higos blancos y en el extremo un Cabrahigo macho, cuyos prohigos en abril aportarán el polen para fecundar tanto los higos agosteños de Napolitana Blanca como los más tardíos de Coll de Dama Negra, que crecerán en las ramas inferiores del "experimento".

 Una vez acoplados y atados los injertos, los he mojado con agua limpia de montaña y los he envuelto en film de cocina, situándolos a continuación a oscuras en el interior de la casita del huerto a una temperatura más o menos estable de entre 12 y 16ºC.

 Y ya que tenía las estacas cortadas, se me ha ocurrido hacer lo mismo, pero uniendo los tres fragmentos de higuera con el sencillo método en Bisel.

 Y aquí tenéis el tercer proyecto de "bicha" vegetal. En la parte inferior una vigorosa base de enraizamiento de Napolitana Blanca, en el centro un fragmento de Cabrahigo y en el extremo un tercer fragmento de Coll de Dama Negra.

 Como en los injertos Omega, a este en Bisel también lo he mojado con agua de montaña y lo he envuelto en film de cocina. Los tres proyectos de "bicha", que según la RAE es un ser extraordinario formado por la unión de partes de animales de diferentes especies, permanecerán a oscuras durante unas semanas, en posición vertical para favorecer la circulación ascendente de la savia. Cuando las temperaturas empiecen a subir, introduciré la base en un vaso o una macetita con un medio adecuado para favorecer la emisión de raíces y esperaré a que se produzca el milagro y las yemas de la "bicha" broten en primavera.

Os mantendré informados de su evolución, salvo si es un fracaso absoluto, en cuyo caso eliminaré esta entrada para no generar falsas espectativas a quien la lea.

¡Deseadme suerte, amigos!

Puccinia distincta, la asesina del Senecio rodriguezii

$
0
0
Un genocidio botánico, como siempre a manos del hombre
 
 El Senecio rodriguezii, una joya botánica extraordinariamente vulnerable, es la víctima indefensa de la letal Puccinia distincta, un hongo que el hombre introdujo en las Islas Baleares con la importación de plantas de jardín infectadas, probablemente de Bellis perennis. 

Como si de una placa de Petri de laboratorio de microbiología se tratase, esta pequeña colonia de Puccinia distincta crece sobre esta hojita peludita y crasa, del tamaño de la yema de mi dedo índice, de un diminuto ejemplar de Senecio rodriguezii que crece a pocos metros del mar en la costa noroeste de Mallorca.

 Las rocas costeras de este pequeño paraíso, con una diminuta islita al fondo, S'Illeta, es el hábitat preferido del Senecio rodriguezii. Le encanta el mar, hasta el extremo que si se siembra de semilla lejos de él, las plántulas sólo sobreviven unos meses. Necesita enraizar entre las grietas de las rocas salpicadas por las olas marinas. Sólo así es feliz.

Sus florecillas diminutas, de no más de dos centímetros de diámetro, vistas de cerca son verdaderas joyas con un diseño y una combinación de colores de una belleza exquisita.

 En sus hojitas gruesas y rugosas acumula agua y nutrientes para poder soportar largos períodos de sequía. Tienen un color verde pálido que adopta un tono grisáceo casi blanco cuando la planta crece a pleno sol. Están cubiertas de una finísima pilosidad, que les permite resistir la intensa insolación del verano de Mallorca y Menorca, su único hogar en todo el planeta.

 Como en todos los senecios los frutos son aquenios (semillas) con un vilano algodonoso en su extremo a modo de aspas de helicóptero, que les facilita volar lejos de su planta madre para colonizar nuevos territorios a través del viento (Anemocoria).

 Y ahí tenéis el drama, la terrible infección fúngica que mata de una manera lenta e irreversible a los individuos contagiados. Recomiendo ampliar las fotos con un doble click para apreciar mejor los detalles.

Este domingo pude comprobar con gran tristeza que afecta a más del 50% de las ejemplares en este reducido hábitat de los alrededores de S'Illeta.

La infección se inicia con una espora que cae sobre una hoja y empieza a crecer alimentándose de sus tejidos y poco a poco se va extendiendo al resto hojas, tallos, capullos y flores, hasta acabar con la plantita.

 En esta imagen podemos ver dos especies de Senecio enfermas, arriba el Senecio vulgaris y abajo el Senecio rodriguezii, compartiendo el mismo hábitat.

Los cuerpos fructíferos del hongo Puccinia distinta sobresalen en forma de microscópicas copitas amarillas, que desprenden millones de esporas. Éstas tanto pueden ser dispersadas por el viento (anemocoria) como por el agua del mar o de los torrentes que desembocan en él (hidrocoria).

Vi los primeros ejemplares infectados en la primavera de 2013. Anteayer la infestación había aumentado hasta límites peligrosos para la supervivencia de este bellísimo endemismo balear. Si no se produce alguna o varias mutaciones en los ejemplares de las próximas generaciones, que les hagan resistentes a la Puccinia distincta, su futuro a corto plazo pinta muy negro. Ojalá consiga sobrevivir. Es una de las plantas endémicas más bonitas de nuestras islas.

 ¡Deseadle suerte, amigos!

Tortilla de patatas peruanas Vitelotte noire con setas y espárragos trigueros

$
0
0
 Las patatas peruanas Vitelotte noir ya se encuentran con facilidad en verdulerías y grandes superficies, y cada vez a mejor precio. Hoy me ha dado el venazo de preparar una tortilla con estas patatas violetas, que están cargadas de antocianinas moradas con un potente efecto antioxidante y anticancerígeno. 

Dan ganas de echarle el diente, ¿verdad?

Ingredientes para dos o tres raciones:
 
-750 gramos de patatas Vitelotte noire.
-450 gramos de setas: shetake, portobello y champiñón común.
-Un manojito de espárragos trigueros.
-3 ó 4 hojas de achicoria silvestre, Cichorium intybus.
 -Tres o cuatro ajos.
-Tres huevos de oca.
-Aceite de oliva virgen extra.
-Sal y pimienta al gusto.

 ¡Mirad que espectáculo!

 Las patatas anteriores partidas en dados. 
 
Se fríen en abundante aceite de oliva virgen extra, de la misma manera que para hacer una clásica tortilla de patatas, y una vez fritas se reservan.
 
 En el mismo aceite se fríen las setas y los ajos troceados.
 
 Cuando las setas están casi hechas, se añaden los espárragos trigueros y las hojas de achicoria silvestre, sólo durante un par de minutos para no quemarlos.

 Con todo frito se cascan tres hermosos huevos de oca, o en su lugar cinco o seis huevos de gallina campera.

 Cada huevo de oca equivale a dos huevos de gallina.

 Y aquí la tenéis.

Tiene un sabor intenso a todos sus ingredientes. 
¡Absolutamente deliciosa!


El lapacho rosado, Handroanthus impetiginosus, una bignoniácea americana espectacular

$
0
0
El Lapacho rosado, Árbol de Ipé rosa, Tabebuia rosada, Ocobo, Maculís, Cortez negro, Tajy hu en idioma guaraní, etc... es un bellísimo árbol de la familia de las Bignoniaceae, que crece de forma natural desde México hasta Argentina (tercio más meridional de América del Norte, toda América Central y toda América del Sur). Se le podría considerar, pues, el árbol latinoamericano por excelencia. Alcanza los treinta metros de altura y un diámetro de tronco de ochenta centímetros.

Por la extraordinaria belleza de su floración primaveral, cuyas flores se abren antes de que aparezcan las primeras hojas, es muy utilizado como ornamental, tanto en calles, plazas y jardines públicos, como en jardines privados. Soporta bien el frío invernal moderado por su condición de caduco, aunque prefiere un clima subtropical o mediterráneo sin heladas.

 Sus flores en forma de trompeta, típicas de las bignoniáceas, tienen un color rosado intenso con una mancha amarilla en su interior.
(Recomiendo ampliar las fotos con un doble click)

 Las semillas se forman en el interior de una cápsula alargada. Son muy planas y aladas, como trocitos de papel seco. Su forma y su peso liviano les permiten volar arrastradas por el viento hasta distancias superiores a un kilómetro, lo que facilita su dispersión por anemocoria. Deben ser sembradas sobre un sustrato húmedo, a pleno sol, sin cubrirlas con tierra, simplemente depositadas sobre ella, pues necesitan luz directa para que su embrión despierte del letargo interno y germine echando una raíz por debajo de la semilla que penetra en el sustrato y un brote que crece hacia el sol, tal como ocurre en la naturaleza. Si se entierran en la tierra, no germinan y acaban pudriéndose.

Lapacho rosado de nueve años de edad sembrado en Mallorca, cuyo clima mediterráneo suave parece gustarle. Foto realizada el 27 de junio de 2009. Empezó a florecer a los once años.

 Mismo lapacho rosado a los diecinueve años de edad, con una floración rosada espectacular. Foto realizada el dia 13 de mayo de 2019. Todavía no habían brotado las hojas.

 Bellísima copa florida del lapacho rosado anterior.

Detalle de la floración recortándose contra un cielo nublado.

 Capullos florales a punto de abrirse.

 Visión lateral de una flor. Se aprecia su superficie aterciopelada.

Detalle de la misma flor vista de frente con su mancha amarilla.

Su madera es amarilla, muy dura y rica en taninos. De su corteza oscura y rugosa se extrae el lapachol, que fue investigado como un posible tratamiento para el cáncer. Su toxicidad, sin embargo, hizo desistir a los científicos y su estudio fue abandonado, aunque podría reanudarse si los químicos consiguen modificar su molécula para disminuir su toxicidad. En medicina popular es utilizado en forma de tisana para tratar problemas del aparato urinario.

Crecimiento en espiral del tronco del árbol mundani

$
0
0
Las fibras de lignina del árbol Acrocarpus fraxinifolius, una leguminosa forestal de Asia tropical, crecen en sentido dextrógiro como las manecillas de un reloj.

Su estructura se asemeja a las fibras de una cuerda que, retorcidas, confieren más resistencia. 

Si a ello le añadimos una amplia base de sustentación con las raíces abiertas en forma de pata de garza, tendremos un diseño ideal para soportar sin problemas el embate de vientos huracanados. 

La naturaleza se las sabe todas.

Caprificación en la higuera turca Bursa Siyahi

$
0
0
  Hace cuatro años mi amigo Montserrat Pons i Boscana me regaló una higuera tipo Esmirna de la famosa variedad turca Bursa Siyahi. La trajo él personalmente en uno de sus viajes a Turquía en busca de variedades nuevas para añadirlas a su extensa colección, sin duda la mayor del mundo.

  ¡Vaya alegría más grande que me dio! Llevaba años obsesionado en conseguir una higuera oriental tipo Esmirna y de pronto él me regaló un ejemplar de la más famosa higuera de Turquía, la Bursa Siyahi. Los higos de las higueras orientales tipo Esmirna, llamadas hembras verdaderas, necesitan ser polinizados con el polen de un cabrahigo silvestre, o de lo contrario se caen sin madurar. Las inmensa mayoria de higueras del mediterráneo occidental, por el contrario, al presentar la mutación de la partenocarpia, pueden madurar perfectamente sus higos sin necesidad de ser polinizados.

El año pasado mi higuera Bursa Siyahi brotó vigorosamente, creciendo medio metro en un año, y por primera vez intentó producir media docena de higos, pero no fueron polinizados y cayeron hueros al suelo.

Esta primavera no quise arriesgar la cosecha y por primera vez me atreví a llevar a cabo la milenaria técnica de Caprificación. Para ello busqué cabrahigos silvestres que tuvieran prohigos con agallas repletas de avispillas Blastophaga psenes. Encontré dos en los alrededores: uno crece junto a un torrente de montaña situado a unos 500 metros y el otro a cinco kilómetros. Recogí una docena de prohigos, como los de la imagen, y me los llevé al huerto.

Metí tres en una bolsita para ajos y los colgué en una rama de mi Bursa Siyahi. El resto los repartí entre mis otras higueras, para aumentar el cuaje de los higos, aunque sean partenocárpicas.

La bolsita con prohigos.

Las avispillas salen por el ostíolo y vuelan raudas hacia los higos de la higuera, para polinizar sus flores femeninas con el polen del cabrahigo que llevan pegado a su cuerpo.

Otro método de caprificación consiste en ensartar los prohigos atravesando su pecíolo con un alambre y colgándolos después de una rama de la higuera tipo Esmirna

Detalle de este otro método. No quiero olvidarme de mencionar el método de caprificación más antiguo y rústico, utilizado hace 10.000 años por los jardineros sumerios que cuidaban los míticos Jardines Colgantes de Babilonia, que consiste en cortar una rama de cabrahigo cargada de prohigos y colgarla de las ramas de las higueras femeninas. Cualquiera de los tres métodos es igualmente válido. La finalidad de los tres consiste en acercar las avispillas polinizadoras a los higos, para asegurar una buena cosecha.

Colgué los prohigos en la segunda quincena de junio. En la fotografía, realizada día 19 de junio, podemos ver la primera avispilla que acababa de salir de uno de los prohigos. Miradla que bonita y diminuta. Está observando el mundo por primera vez. Con sus antenas "huele" el aire para captar las feromonas de higuera hembra, que los higos están dispersando para atraerla y conseguir así que entre por el ostíolo y polinice las flores femeninas de su interior con el polen de cabrahigo que lleva pegado al cuerpo. Algunas avispillas de otras especies, especializadas en la polinización de Ficus tropicales, han perfeccionado el sistema desarrollando unas celdillas en sus patas posteriores o en su torax donde almacenan el polen, que ellas mismas distribuyen luego una vez dentro de los higos, mientras ponen los huevos en las flores agalla.

Ojalá hubiera tenido una buena cámara macro, para ver la avispilla en todos sus detalles.

Dia 6 de julio las avispillas salian masivamente en enjambre.

Aquí se ven las agallas vacías con un agujerito cada una de ellas por donde salieron las avispillas. Foto realizada el dia 9 de julio.

 Dos higos Bursa Siyahi dia 4 de agosto de 2019. La caprificación ha sido un éxito rotundo. Mi joven higuera turca ha conservado sus diez higos y los ha ido engordando poco a poco.

Detalle de uno de los higos.

 El primer higo Bursa Siyahi en empezar a madurar dia 20 de agosto de 2019. Todavía le faltan unos días. Está duro a la presión. A medida que va madurando su piel sintetiza antocianinas moradas, pasando de color verde claro a rosado, y posteriormente a morado intenso.

En mi huerto y alrededores abundan los mirlos, a los que les encantan los higos. Para que no se coman el primer higo de mi higuera turca, lo he protegido con esta bolsita de malla a la espera de que acabe de madurar.

Dos días después ya ha alcanzado su punto óptimo de maduración. El fruto cede un poco al apretarlo.

Mirad que maravilla de higo. Es enorme. ¡Ha pesado 100 gramos exactos!

En tres dias ha triplicado su tamaño, llenándose de jugos, aromas y azúcares, tantos que su ostíolo se ha desgarrado por la presión interna.

Al partirlo por la mitad he quedado maravillado. Es todo pura pulpa con una combinación de colores alucinante: amarillo, rosado y rojo carne. La piel es muy delgada.

Si ampliais la imagen con un doble click, podréis ver las numerosas semillas como diminutas perlas amarillas incrustadas en la pulpa, todas ellas producto de la hibridación entre un grano de polen de un cabrahigo macho y el óvulo de una flor femenina. Si las sembrásemos, obtendríamos cabrahigos como su padre, semicabrahigos a medio camino entre sus dos progenitores con flores femeninas partenocárpicas mezcladas con flores femeninas verdaderas tipo Esmirna y finalmente algunas higueras hembra perfectas con flores femeninas verdaderas como su madre turca.

Por supuesto después de hacerle estas fotos me lo he comido a mordiscos sin pelar, como deben comerse los higos, pues su exocarpio morado concentra una gran cantidad de antocianinas antioxidantes y anticancerígenas, que son un verdadero elixir de vida. Desaprovechar la piel es una verdadera aberración gastronómica.

Me ha sabido a gloria. Su pulpa tiene un sabor exquisito, un aroma delicado y único y una textura firme y carnosa. Ahora entiendo por qué los alemanes compran a Turquia toda su producción de higos Bursa Siyahi. Los consideran los mejores del mundo, y yo ahora que he probado el primero madurado en Mallorca les doy toda la razón.




Solanum bonariense destruye el cerebelo de los bóvidos y caprinos

$
0
0


Al igual que la sudafricana Solanum linnaeanum, la sudamericana Solanum bonariense ha invadido con inusitado éxito todos los países ribereños de la Cuenca Mediterránea. Ambas plantas solanáceas fueron introducidas por el hombre como plantas ornamentales y se asilvestraron.

Solanum bonariense asilvestrado creciendo en la cuneta de una carretera en plena Serra de Tramuntana de Mallorca. Forma un rodal impenetrable de unos 40 m2 con cientos de arbustos de dos metros de altura, todos ellos descendientes de una única planta, que con toda seguridad llegó allí en forma de una semilla defecada por un ave, que se posó sobre una rama de un viejo naranjo.

Hojas de Solanum bonariense.

La mariposa nocturna sudamericana Pavo Real, Leucanella viridiscens, su único depredador natural, en el estadío de oruga se alimenta de sus hojas y concentra sus neurotoxinas en su endolinfa con la intención de protegerse de sus depredadores. Si el aviso visual en forma de pelillos amarillos agrupados en ramillos sobre un fondo de piel negra, con el que se protege la oruga, no evita que sus enemigos se la coman, entonces las toxinas del Solanum bonariense actuan sobre el sistema nervioso del depredador y, si no lo matan y consigue sobrevivir, redordará para siempre que las orugas de la mariposa Pavo real son venenosas.

Flor de un color blanco violeta. Llaman la atención las grandes anteras amarillas cargadas de polen de los estambres. El estigma verdoso del pistilo sobrepasa a las anteras.

Los cinco pétalos soldados a contraluz.



Bellísimas flores fotografiadas a principios de agosto.

El consumo como pasto de sus hojas por bovinos y caprinos ocasiona la destrucción progresiva de las células de Pukinje del cerebelo con graves consecuencias motoras: ataxia (dificultades para controlar los movimientos musculares voluntarios: caminar, mover brazos y manos, tragar, hablar, girar la cabeza, mover los ojos), aumento de la base de sustentación para no caerse, temblores de intención, sacudidas musculares breves, caídas laterales o hacia atrás, disminución del reflejo de amenaza, etc.

Frutos inmaduros.

Frutos maduros.

  El Solanum bonariense, pues, no sólo tiene una gran capacidad de adaptación y difución en climas de tipo mediterráneo, sino que a ello se le añade su toxicidad para disuadir y/o eliminar a sus depredadores herbívoros. Posee todos lo mecanismos necesarios para sobrevivir.

Pulpa y semillas de un fruto de Solanum bonariense.

Los dispersores de las semillas del Solanum bonariense son las aves. Sus frutos anaranjados son como tomatitos en miniatura con un tamaño y una forma redondeada ideales para ser tragados enteros por los pájaros. Una vez han digerido la pulpa, que no es tóxica, defecan las semillas ya escarificadas lejos de la planta madre, acompañadas de una pequeña cantidad de abono.

Detalle de la pulpa jugosa y las tres semillas del fruto anterior.


Spaguettis al pesto verde de pistachos con guarnición de gambones al pesto rojo con romero

$
0
0

PARA LA SALSA PESTO DE PISTACHOS

 INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:


1-Albahaca fresca (las hojas y flores de 4 brotes como el de la imagen).
 2-Unos 100 gramos de pistachos tostados y descascarillados.
3-Unos 100 gramos de queso curado de leche de vaca de Menorca.
(Tan bueno y aromático como el Parmesano)
4-Aceite de oliva virgen extra (medio vaso).
5-Uno o dos dientes de ajo.
6-Pimienta negra molida al gusto.
7-Sal al gusto.

 La albahaca o alhábega, nombre andalusí, al-habága, del Ocimum basilicum.

 Los pistachos, Pistacia vera, del griego πιστάκιον (pistákion), un regalo de Oriente próximo.

 Las aceitunas, del árabe andalusí azzaitúna, Olea europaea, del que se extrae nuestro delicioso y salutífero aceite de oliva.

El ajo, Allium sativum, del latín allium, imprescindible en cualquier salsa pesto.

Salsa pesto de pistachos.  
La salsa pesto se puede hacer de cualquier fruto seco, crudo o tostado (piñones, pistachos, nueces, almendras, avellanas, anacardos, macadamias, etc...)

 PARA LA GUARNICIÓN DE GAMBONES

SALSA PESTO ROJA CON ROMERO

INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS

1-Tomates secos (unos 70 gramos).
2-Piñones de pino piñonero, Pinus pinea, tostados o fritos (70 gramos).
3-Un brote pequeño de romero fresco (las hojas).
4-Medio vaso de aceite de oliva virgen extra.
5-Uno o dos dientes de ajo.
6-Pimienta negra molida al gusto.
7-Sal al gusto.

El tomate, del vocablo tomatl, procedente del idiomaindígena mexicano náhuatl, Solanum lycopersicum.

 Los piñones de pino piñonero, Pinus pinea, del latín pinus, se extraen de grandes piñas como la de la imagen.

El romero, Rosmarinus officinalis, del latin ros maris, una labiada con abundantes aceites esenciales muy aromáticos.

Salsa pesto roja al romero, muy rica en licopenos rojos, potentes antioxidantes que protegen del cáncer de mama y de próstata.

 Los gambones pelados se fríen un par de minutos, vuelta y vuelta, y se mezclan con la salsa pesto roja que, con el toque del romero, combina magníficamente con el sabor del marisco.

 Plato ya montado, con tres pequeños pimientos de padrón fritos para completar la guarnición. 

¡DELICIOSO!

La mejor prueba de que ha estado de rechupete es el plato vacío.

¡BUEN PROVECHO, AMIGOS!


Agave attenuata, un recuerdo de La Laguna

$
0
0
 El ágave del dragón o ágave cuello de cisne es originario del estado mexicano de Jalisco, cuna del tequila y los mariachis, donde crece a gran altura (entre 1.900 y 2.500 msnm) sobre suelos volcánicos. Curiosamente en la naturaleza es muy escaso hasta el punto de encontrarse en peligro de extinción, mientras que propera fantásticamente cultivado como planta de jardín en todas las regiones de clima subtropical y mediterráneo libre de heladas del Planeta.

 En el año 2002 visité por primera vez la bellísima Isla de Tenerife, de la que quedé enamorado. El dia de la vuelta a Mallorca, mientras esperaba en el Aeropuerto de La Laguna para coger el avión, di un paseo por los jardines que lo curcundan y no pude resistir la tentación de coger un hijuelo diminuto de un vigoroso Agave attenuata. Era tan pequeño que me cupo en el bolsillo del pantalón. Dos años y pico después ya había multiplicado su tamaño por diez sembrado en una maceta. En la imagen, tomada el 25 de diciembre de 2004, estaba magnífico con una hojas tiernas y sedosas de más de 20 centímetros, muy diferentes a las del resto de ágaves, que suelen ser más duras y espinosas.

 Poco después lo sembré en el huerto junto a un Quercus x cerrioides. Se había ramificado y había crecido espectacularmente. En la imagen lo podéis ver tal como era el dia 2 de febrero de 2006. Es muy llamativo el color verde ceniciento de sus hojas.

 Trece años después, en enero de 2019, floreció por primera vez. Habían pasado 17 años desde que me lo traje como un hijuelo desde Tenerife.

 Aquí podéis ver la inflorescencia en forma de trompa que se alargó hasta superar los dos metros de longitud.

 El dia 18 de abril de 2019 ya estaba finalizando la floración de sus cientos, por no decir miles, florecillas amarillo-verdosas, cuyos capullos se abren empezando por la base de la trompa hacia la punta.

 Últimas flores en abrirse. Son muy llamativos los largos estambres amarillos con unas vistosas anteras cargadas de polen.

 Estos capullos se abrieron en los siguientes días.

 Detalle de una florecilla con sus seis tépalos amarillo-verdosos soldados por su parte inferior en forma de tubo, seis largos estambres cada uno de ellos con una antera aplanada en su extremo y un solo pistilo femenino en cuya base se encuentra el ovario lleno de óvulos.

 La larga inflorescencia ya ha finalizado la floración de todos sus capullos. La imagen fue tomada el día 19 de junio. He retirado con la mano los estambres secos del extremo de la trompa para que se vean los frutos.

 Frutos de Agave attenuata ya maduros a finales de junio. A los pocos días se secaron y se abrieron liberando sus semillas.

 Numerosas semillas de color blanquecino, abortadas por no haber sido fecundadas, acompañadas de bastantes semillas negras perfectamente viables. Tomé la fotografía el día 9 de agosto.

Detalle de las semillas viables rodeadas de incontables semillas abortadas. Las sembraré en primavera.


INJERTO OMEGA CON ALICATES ESPECIALES

$
0
0
INJERTO DE KIWI HEMBRA SOBRE KIWI MACHO

Este tipo de injerto se puede hacer en todos los árboles y
arbustos, tanto de hoja caduca como de hoja perenne, en cualquier més comprendido entre finales de invierno y principios de otoño, dependiendo del clima. En los injertos Omega de árboles y arbustos de hoja perenne hay que cubrir el injerto con una bolsa de plástico. También deben cubrirse los injertos de hoja caduca si se hacen en plena vegetación, pero no si el árbol está aún hibernando.

Un detalle importante a tener en cuenta es que la estaca a injertar y el patrón deben tener exactamente el mismo grosor.

En primer lugar se corta con unas tijeras de podar un trozo de tallo con una yema de la planta a injertar y seguidamente se procede a hacerle el corte omega en su parte inferior con un aparato especial para este tipo de injertos.    
 

Aquí podéis ver estos alicates especiales.
Professional Grafting Pliers.


 
Y aquí se aprecia la cuchilla en forma de Omega.

 
 El mismo trozo de tallo anterior con el corte Omega visto de lado.


En el patrón se hace un corte invertido con los mismos alicates, donde encajará exactamente el injerto.


A continuación se acopla el injerto en el patrón, introduciéndolo de lado, respetando la curvadura en Omega.


Aquí se puede ver en detalle el anclaje perfecto del injerto en el patrón.

 
A continuación se ata con cinta plástica especial para injertar tomateras y sandías, como la de la casa valenciana Borrull, se embadurna con mástic de injertar el extremo superior del injerto para que no pierda agua y no sea atacado por hongos y se deja sin cubrir con una bolsa de plástico por ser de hoja caduca y estar todavía hibernando.


INJERTO DE CHAPA O PLACA

$
0
0
Injerto de naranjo Washington Navel sobre limonero

Este tipo de injerto se hace en Abril, Mayo y Junio a ojo velando, es decir, que las yemas brotan el mismo año y en Julio, Agosto y Septiembre a ojo durmiente, es decir, que la chapa o placa agarra bien, pero las yemas no brotan hasta la primavera siguiente. Este método de injerto funciona bien en los cítricos, en el olivo y en los algarrobos.

 En primer lugar se corta con el cuchillo de injertar la corteza del patrón en una zona lisa y sin yemas, haciendo dos cortes horizontales unidos por un corte vertical en forma de H acostada. Luego con ayuda del cuchillo de injertar se despega la corteza de la madera de cada lado como si abriésemos una ventana y se recorta un poco la corteza de cada lado en sentido vertical, para que luego no cubra completamente la chapa. Obsérvese el cambium más claro bajo la corteza, que es la única parte del arbol que crece y debe entrar en íntimo contacto con el cambium de la chapa.
        
A continuación con el cuchillo de injertar se hacen dos cortes horizontales completos en la corteza de una rama de la variedad a injertar, rodeándola completamente, seguidos de otro corte vertical que una ambos cortes horizontales. Luego con la ayuda del cuchillo se despega la corteza y se saca entera.  Esto es la CHAPA a injertar, que puede tener una, dos y hasta tres yemas.
 
La chapa o placa anterior ya despegada y preparada para ser injertada. Si el árbol está en plena vegetación con la savia corriendo por su cambium, la corteza es muy fácil de despegar.     

 En este caso tiene dos yemas, señaladas por los dos pecíolos de las hojas, que habremos cortado para disminuir la transpiración del injerto. Obsérvese el cambium interior de color más claro y jugoso, que es la parte viva de la chapa y es lo que debe unirse íntimamente con el cambium del patrón.    

A continuación se coloca la chapa en la ventana del patrón, con las dos partes de la corteza ya rebajadas, para que no cubran completamente la chapa. Obsérverse que la chapa y la ventana del patrón tienen las mismas medidas.    

Aquí se aprecia mejor la corteza rebajada del patrón, dejando descubiertas ambas yemas con los pecíolos. La corteza de la chapa, tanto en su parte superior como en su parte inferior, debe coincidir con la corteza de la ventana del patrón, para que haya una continuidad, una vez agarrado el injerto.  

Seguidamente se ata el injerto con cinta plástica transparente, especial para cítricos. Esta cinta es la misma que se utiliza para los injertos en tomateras y sandías. Es muy resistente, muy facil de manejar y su transparencia permite ver el estado del injerto. Una vez rodeada completamente la chapa injertada, se hacen dos nudos simples con los dos cabos de la cinta. 

Pasados unos 10 días, si el injerto ha agarrado, los pecíolos se caen con facilidad al tocarlos con el dedo y dejan una herida bien verde en la chapa.

A los 15-20 días se desata el injerto y, si todavía no han brotado las yemas, no tardan demasiado en hacerlo.      
       


   


Viewing all 294 articles
Browse latest View live