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Carya illinoinensis, nogal de pecán o pacana

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Jóven nogal de Pecán, Carya illinoinensis, también llamado Pecana o Pacana, con sus hojas otoñales a finales de noviembre. A sus doce años es todavía un niño, aunque ya está a las puertas de la adolescencia. Es un árbol de la familia de las Juglandaceae originario de EEUU y México. En la naturaleza puede alcanzar los 40 metros de altura.



Es hijo de un ejemplar indiano, traido a Mallorca por un emigrante de Sóller que se embarcó hacia América a principios del siglo pasado para escapar del hambre y la miseria que asolaba entonces Mallorca. México le acogió con los brazos abiertos. Trabajó duro durante cincuenta años y se enriqueció. 


Cuando se jubiló le entró la morriña (anyorança), pensó que el mejor sitio del mundo donde acabar sus días era la bellísima isla blanca mediterránea que le vio nacer, recogió todo cuanto tenía y volvió, retornó, deshizo el camino andado cincuenta años atrás cruzando el gran charco atlántico. Nada le ataba a México. No tenía hijos. El barco hizo una primera escala en Cádiz y al día siguiente reemprendió el viaje hacia Barcelona.


Estaba muy ansioso por llegar a Mallorca, pero no le quedó más remedio que pernoctar una noche en la Ciudad Condal. Estuvo tentado de acudir al casino barcelonés a gastarse unos cuantos dólares, pero no quiso jugar con el destino y su buena suerte y desistió. Cuando a puesta de sol el gran barco puso en marcha sus poderosos motores rumbo hacia su añorada isla, el indiano sintió una emoción incommensurable en su alma y se pasó las doce horas del trayecto sin dormir asomado a la borda. Su corazón de septuagenario latía alocadamente en su pecho y amagaba con estallarle en el pecho, mientras aspiraba con delectación el delicioso e inconfundible aroma del viejo Mediterráneo.  

Y por fin, con las primeras luces del alba, apareció en el horizonte una manchita oscura flotando en un mar intensamente azul. Al viejo y exitoso emigrante, vestido con su impoluto traje de tela blanca americana, sus zapatos de nuevos del mismo color y su caro sombrero Panamá cubriendo su cabeza, le saltaron las lágrimas de pura emoción. Ante sus ojos de encanecidas pestañas que tanto mundo habían visto se iba agrandando poco a poco la manchita de tierra caliza.


Ya lograba distinguir la escarpada costa mallorquina con sus pavorosos acantilados cortados a cincel desde las cimas de las altas montañas de la Serra de Tramuntana, con sus bases hundiéndose en un mar a ratos calmo a ratos embravecido que echaba espumarajos al chocar una y otra vez contra las rocas, carcomiéndolas durante millones de años hasta formar profundas cuevas litorales, que hasta 1958 fueron el hogar de las extinta foca monje mediterránea.



El barco hizo escala en el entonces segundo puerto de mercancías y pasajeros de Mallorca, construido en la Bahía de Sóller, su pueblo natal. El indiano bajó por la pasarela de la gran nave mercante mirando y escuchando a las gentes del puerto, intentando reconocer sus rostros y entender su habla salada, pero ni les reconoció ni les entendió. A fuerza de no usarla había olvidado la entrañable lengua mallorquina que con tanto amor le había enseñado su madre. Su alma ya no era mallorquina, eran mexicana. Pensaba en mexicano, soñaba en mexicano y había amado profundamente a su difunta esposa chihuahuense en mexicano. 


En cuanto puso el pie sobre tierra mallorquina, se arrodilló y la besó emocionado con lágrimas en los ojos. No recordaba a las gentes de su juventud ni la lengua de su madre, pero eso se solucionaría con el tiempo. Metió sus maletas en un destartalado taxi negro y le pidió al chófer que le llevase a Sóller. El pobre hombre no reconocía nada, todo había cambiado, las calles, las casas, las gentes. Entonces entristecido levantó la mirada hacia las montañas que rodean el valle y ellas no habían cambiado, seguían siendo las mismas. Abrió la ventanilla del taxi y aspiró el aire del valle de los naranjos y comparó su aroma con el que guardaba como un tesoro en su memoria. Él tampoco había cambiado, seguía oliendo igual y entonces supo que había llegado por fin al pueblo que le vio nacer. 


Compró un huerto de naranjos, se hizo construir una gran mansión de estilo colonial y en el jardín sembró una nuez de Pecán mexicana como recuerdo del lejano país que le había acogido con los brazos abiertos y le había dado una oportunidad en la vida. Ahora es un árbol descomunal que produce grandes cantidades de nueves largas y lisas, como huevos de paloma. Una de ellas cayó en la calle y yo la recogí y la sembré en mi jardín. El arbolito que nació de ella ya ha cumplido 12 años de edad. Todavía no me ha dado ningún fruto. Espero vivir lo suficiente para verlo tan imponente y hermoso como su madre mexicana.



Ensalada de naranja y ajo del Valle de Jálama

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TAN MEDIEVAL COMO SU FALA

Hace un par de días vi un documental en la tele en el que se preparaba una ensalada medieval muy curiosa, típica de la comarca cacereña del Valle de Jálama, formada por tres municipios (Sá Martin de Trevellu, As Ellas y Valverdi du Fresnu), en los que se habla una bellísima lengua medieval llamada A FALA, a medio camino entre el gallego, el portugués, el castellano antiguo y el bable astur-leonés. Esta lengua se ha mantenido prácticamente intacta a pesar de estar la comarca rodeada por castellano-parlantes cacereños. El 97% de los 8.000 habitantes de los tres pueblos, descendientes de una antiquísima repoblación de esta comarca extremeña por gallegos y astur-leoneses, lo hablan como lengua materna y lo transmiten a sus hijos y nietos con orgullo. Forma parte de su identidad, de sus raíces, de su dignidad.

 Una combinación de sabores y aromas absolutamente chocante y deliciosa.

INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS

-Dos o tres naranjas grandes.
-Un par de ajos por persona.
-Cuatro huevos.
-Aceite de oliva virgen.
-Pimentón dulce.
-Sal.

 Se pelan y cortan en rodajas las naranjas y se disponen en un plato. Se trocean un par de ajos por persona y se echan sobre las rodajas. A continuación se aliñan con sal, aceite de oliva virgen y pimentón dulce.

Sobre el aliño se disponen un par de huevos fritos con la yema medio cruda y ya está preparado el plato.

¡Buen provecho, amigos!


Igualico, igualico quel defunto de su agüelico

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Hace cuatro años os presenté a mis cinco robles híbridos. A finales del mes pasado cumplieron 35 años. Los sembré de bellota a principios de noviembre del año 1982 y al cabo de dos semanas su brote ya se asomaba por encima de la tierra vegetal del plantel. Como ya os comenté, son hermanos, hijos de la misma madre, pero al ser producto de la autopolinización de su progenitor/a consigo mismo/a, ninguno de ellos se parece a los demás. Dos son estériles, florecen con normalidad, pero sus flores femeninas no se desarrollan, es decir, abortan por contener una combinación genética incompatible con la vida. Los otros tres son fértiles y cada año dan una gran producción de bellotas perfectamente viables. Unos tienen las hojas pequeñas y pinchosas, otros las tienen más grandes con el borde más o menos ondulado.

El que hoy os presento en solitario es el más imponente, más vigoroso, más hermoso, con las hojas más grandes, pero por desgracia completamente estéril. Jamás ha madurado una sola bellota.

Aquí lo podéis ver preparándose para pasar el invierno. Algunas hojas ya se están secando, pero la mayoría se mantienen bien lozanas. Después del gigantesco árbol mundani, este roble trihíbrido es el segundo árbol más alto de mi jardín. Yo calculo que medirá unos 10 metros. Cada vez que paso por su lado le miro con admiración y cariño y mi corazón se acelera henchido de orgullo de padre. Es uno de mis hijos predilectos. Él sabe que le quiero y cuando acaricio su rugosa corteza, capta mis ondas cerebrales positivas y su savia sube con fuerza hacia arriba, hacia el sol que le da la vida.

Según el departamento de Botánica de la Universitat de les Illes Balears, este roble es el resultado de la triple hibridación entre el Quercus faginea, el Quercus pubescens (humilis) y el Quercus canariensis andaluz. Su madre centenaria crece feliz en la ribera del Torrent de Puigpunyent, rodeada de cientos de sus hijos, nietos y biznietos. Aunque se ha especulado que podría tratarse de una reliquia del Cuaternario, todo hace suponer que fue sembrado por alguien hace algo más de un siglo. El desdoblamiento fenotípico de sus tres progenitores en sus descendientes y la esterilidad de casi la mitad de ellos, orienta hacia su origen híbrido y confirma su introducción en Mallorca a finales del siglo XIX o principios del XX.

Su tronco mide unos 40 centímetros de diámetro a la altura del pecho. Como ocurre con los árboles imponentes, su base se ensancha y sus raíces principales se asoman fuera de la tierra en forma de pata de grulla para darle estabilidad. De esta manera soporta sin inmutarse el cálido y a veces huracanado viento del sureste, el famoso Sirocco o Xaloc, que procede del Sahara y es el que suele soplar con frecuencia en mi jardín. La herida redondeada que veis en la parte superior del tronco ya está cicatrizada y se corresponde con una rama péndula que se arrastraba hasta el suelo y afeaba la copa. La podé hace dos años y el roble la ha cubierto con corteza. Dentro de tres años habrá desaparecido y se habrá integrado en la corteza.

 El excelente aspecto de la corteza nos habla de la buena salud del árbol.


La parte externa de las arrugas de la corteza es algo más clara que la parte más profunda y dibuja líneas verticales blancas que recorren todo el tronco y las ramas principales de abajo a arriba.


 Las ramas forman una copa amplia y tupida. En pleno verano este descomunal ser vivo de más de una tonelada de peso da una sombra intensa que impide el paso de la luz, lo cual dificulta el crecimiento de otras plantas alrededor de su base. Es su manera de eliminar la competencia. Sólo algunos Arisarum vulgare se atreven a crecer sobre el mantillo formado por la descomposición de sus hojas.

 Esta fotografía hecha esta misma mañana nos muestra unas hojas bien sanas que no parecen en absoluto afectadas por la bajada de temperaturas de esta última semana. Algunos inviernos muy suaves, este magnífico roble conserva las hojas verdes y lozanas hasta la primavera, comportándose como un árbol de hoja perenne. En cambio si hace mucho frío o incluso nieva hasta cotas muy bajas, se comporta como un árbol caduco y en pocos días se secan todas las hojas y se desprenden, dejando las ramas desnudas. En los inviernos ni fríos ni cálidos, que son la mayoría, las hojas se secan parcialmente y aguantan hasta la primavera, cayendo todas a la vez con la nueva brotación de las yemas.

  Hoja típica de mi roble trihíbrido. En la mayoría de hojas la lámina es más ancha en su tercio distal, aunque también las hay más alargadas, más ahusadas.

 La hoja es tan grande como mi mano.

En el haz conserva una pilosidad estrellada, más acentuada sobre el raquis y las nerviaciones de la lámina.

  El envés es muy piloso, aterciopelado, lo cual le da un color blanquecino. Tanto el raquis de la lámina como las nerviaciones o venas secundarias están muy marcados.

La pilosidad es muy tupida con aspecto de fieltro.

Para que veáis una muestra de hojas, aquí os presento esta foto combinada con doce hojas representativas y sus medidas. Os recomiendo ampliar la imagen con un doble click.

Largas inflorescencias masculinas de mi roble estéril.

  Ignoro si el polen de estas inflorescencias es viable y capaz de fecundar las flores femeninas de otros robles.

Flores femeninas del mismo roble estéril. A pesar de su aspecto completamente normal, su óvulo es inviable, tal vez por contener una combinación cromosomica incompatible con la vida. Es posible que alguna de ellas llegue a ser fecundada, pero la unión del hemigenoma del polen y el hemigenoma del óvulo produce un número aberrante de cromosomas que provoca su aborto: ausencia de algún cromosoma, uno o más cromosomas sueltos sin emparejar, trisomías, pentasomías, etc...

Bajo el árbol, sobre la hojarasca, yacen muertas/abortadas las flores femeninas, miles de ellas, como diminutas bellotitas sin desarrollar.

Detalle de las bellotitas abortadas.

 Envés de las hojas de los tres supuestos progenitores. Recomiendo ampliar la foto con un doble click para apreciar mejor los detalles.

Al Quercus faginea, llamado popularmente quejigo, roble carrasqueño o roble valenciano, lo fotografié en el fantástico Parque Natural de los Alcornocales en la provincia de Cádiz. Quejigos, robles andaluces, alcornoques, encinas y coscojas forman exuberantes bosques paradisíacos, que cubren miles de hectáreas de tierra virgen gaditana. Si amáis los bosques y sus árboles, os recomiendo que visitéis este parque. No os defraudará. Caminar en la fosca penumbra creada por sus tupidas copas, sintiendo bajo los pies el amable y mullido suelo de hojarasca en descomposición; oler con delectación el aroma a tierra buena, a humedad buena, a vida; escuchar el relajante ronroneo, el murmullo, el cuchicheo de sus ramas y hojas al rozarse entre ellas, como si de una conversación arbórea se tratase; experimentar por vosotros mismos algo tan parecido al Paraíso Terrenal, hará segregar endorfinas de felicidad a chorro en vuestro cerebro y recargará de esperanza vuestra atormentada y estresada alma de humanos occidentales.

Al Quercus pubescens, sinónimo de Quercus humilis, llamado popularmente roble pubescente, lo cogí muy pequeñito hace 30 años en una zona de matorral reseco del norte de Portugal de camino hacia Oporto, lo metí en mi bolsa de viaje y nada más llegar a Mallorca lo sembré en una maceta con tierra vegetal y pareció encantado con el cambio. Ahora lleva ya más de 25 años sembrado en mi jardín y está magnífico.

Al Quercus canariensis, que es un endemismo  ibero-africano llamado roble andaluz, el botánico que lo describió para la ciencia tuvo un lapsus al darle un nombre científico, creyó que la muestra que había recibido procedía de las Islas Canarias y lo llamó canariensis, en lugar de andalucensis. Lo fotografié en el Parque Natural de los Alcornocales, al igual que el Quercus faginea.

Haciendo click sobre el  nombre científico de cada uno de estos tres robles entraréis en una web en inglés donde explican con detalle las características de cada especie.

Y aquí tenéis el envés de una hoja de mi Quercus trihíbrido. El parecido con sus tres progenitores es más que evidente, sobretodo con el Quercus canariensis.

Espero con ansia que el estudio del genoma de cualquier especie sea cada vez más fácil, rápido y barato, para poder averiguar de una vez quienes fueron los abuelos de mis cinco robles híbridos, sobretodo de este magnífico y fascinante árbol que embellece sobremanera mi jardín y me alegra el alma.


LAS SETAS DE MI JARDÍN

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Aquí tenéis la lista de las 43 setas que crecen en mi huerto y en la parcela de montaña adyacente. Seguramente hay muchas más. Las añadiré a medida que las vaya encontrando e identificando.

AMANITA OVOIDEA

Amanita ovoidea creciendo en corro de brujas bajo Quercus x cerrioides y Quercus coccifera. Se la considera comestible, pero tiene un sabor asqueroso a cebolla podrida.

Láminas y pie de Amanita ovoidea.

AMANITA PROXIMA

Amanita proxima solitaria creciendo sobre una gruesa capa de musgo muy húmedo a la semisombra de Pistacia vera, Phyllirea latifolia, Erica multiflora y Rhamnus alaternus.

Sombrero de Amanita proxima. Es una seta tóxica.

ANTRODIA ALBIDA

Extraño hongo en forma de avispero creciendo sobre la corteza de un tronco de limonero en descomposición..

Otro ejemplar de Antrodia albida.

ARMILLARIA MELLEA

La que yo llamo seta asesina de árboles, la Armillaria mellea, creciendo en la base de un albaricoquero, al que mató de forma fulminante tras la brotación primaveral. Es una de las peores plagas de mi jardín. Me ha matado cientos de plantas, entre ellas 23 cerezos.

Láminas y pie de Amillaria mellea. 
Para más información ---> Armillaria mellea, una asesina silenciosa.
 
CANTARELLUS ALBORUFESCENS

Cantarellus alborufescens creciendo sobre la hojarasca en descomposición de Quercus ilex susbp. ilex y Olea europaea. Esta seta es muy apreciada en Mallorca, la llamamos picornell de Costix.

Sombrero de otro Cantarellus alborufescens creciendo junto a un Ampelodesmos mauritanica bajo la sombra intensa de varias Quercus ilex subsp. ilex.

CLATHRUS RUBER

Clathrus ruber en su momento de máximo esplendor creciendo en la parte inferior de la pared de un viejo bancal típico de la Serra de Tramuntana de Mallorca.

Detalle del Clathrus ruber anterior. 

CLAVARIA ACUTA

Diminuta y extremadamente frágil Clavaria acuta creciendo al lado de una Fragaria vesca cultivada, aunque de origen silvestre.
 
CLAVULINA CINEREA

Hermoso ejemplar de Clavulina cinerea creciendo sobre la hojarasca de un Quercus x cerrioides. Es comestible bien cocinada. Cruda es tóxica.

Detalle de la Clavulina cinerea anterior.
 
CLITOCYBE DEALBATA

Pequeña Clitocybe dealbata creciendo sobre la tierra calcáreo-arcillosa muy pedregosa de mi jardín. Es una seta tóxica.

Pie y láminas de Clitocybe dealbata.

CLITOPILUS PRUNULUS

Dos cuerpos fructíferos de Clitopilus prunulus creciendo sobre el musgo muy húmedo de la parcela montañosa adyacente al jardín con una exhuberante vegetación natural. Se la considera comestible de baja calidad. Yo no me las como.

Pie y láminas de Clitopilus prunulus.

COPRINUS COMATUS

Cuerpos fructíferos de Coprinus comatus creciendo en la base del tronco de un Salix alba var. vitellina muy enfermo que acabó muriendo. Esta seta es considerada buen comestible, pero yo no la he probado nunca.

Sombreros de Coprinus comatus.
 
DALDINIA CONCENTRICA

Cuerpos fructíferos en diferentes fases de maduración de Daldinia concentrica.

Detalle de un cuerpo fructífero de Daldinia concentrica partido por la mitad.
Para más información---> Daldinia concentrica, la yesca del hombre de Cheddar.

FOMITOPSIS PINICOLA

Seta de Fomitopsis pinicola en forma de masa sin forma de la que ha brotado un cuerpo fructífero, creciendo sobre un tronco de albaricoquero muerto.

Parte inferior de la seta de Fomitopsis pinicola anterior.

HELVELLA ATRA

Pequeñísimas y frágiles setas de Helvella atra creciendo sobre el suelo del jardín.
 
HELVELLA CRISPA

Seta de Helvella crispa con un extraño sombrero encrespado (crispa).

Detalle del sombrero de Helvella crispa.

Helvella crispa y Clavulina cinerea creciendo juntas sobre la hojarasca de un Quercus x cerrioides. Las dos son comestibles, pero siempre bien cocinadas, ya que crudas son tóxicas.
 
HELVELLA LACUNOSA

Helvella lacunosa con el sombrero gris oscuro, creciendo sobre el suelo del jardín.

Detalle de varias setas de Helvella lacunosa. Esta seta también es comestible cocinada, nunca cruda.
 
HYDNELLUM CONCRESCENS

Numerosos cuerpos fructíferos de Hydnellum concrescens creciendo sobre madera muerta de limonero.

Otro grupo de Hydnellum concrescens sobre limonero.

Parte inferior de una seta de Hydnellum concrescens. 
 
HYDNUM REPANDUM

 Hydnum repandum creciendo sobre la hojarasca de Quercus ilex subsp. ilex, Pinus halepensis y Pistacia lentiscus. Es una seta muy buena. A mí me gusta mucho, sobretodo en la sopa de caldo. Mi abuelo la llamaba picornell pelut (peludo).

 Cara inferior de Hydnum repandum con su himenio con numerosos aguijones en lugar de láminas.

Detalle de los aguijones de Hydnum repandum.
HYGROCYBE ACUTOCONICA

Pequeña seta de un color amarillo limón intenso.

Sombrero de Hygrocybe acutoconica.

Láminas de Hygrocybe acutoconica.

 Pie de Hygrocybe acutoconica.

INOCYBE GODEYI

Pequeña seta de un color naranja intenso.

Sólo la naturaleza es capaz de crear estos colores tan hermosos.

 Láminas de Inocybe godeyi.
 
INONOTUS HISPIDUS


 Cuerpos fructíferos de Inonotus hispidus creciendo sobre el tronco de un albaricoquero enfermo.
 
INONOTUS TAMARICIS

Seta parásita como la anterior, creciendo sobre el tronco de un Tamarix africana.

 Parte inferior esponjosa de Inonotus tamaricis.

 
Parte superior aterciopelada de Inonotus tamaricis.

IRPEX LACTEUS

Extraño hongo algodonoso creciendo sobre la corteza de un limonero.

 Al madurar se endurece y adquiere este aspecto acartonado.
 
LACTARIUS DELICIOSUS

Como su nombre indica, el Lactarius deliciosus es una de las setas más apreciadas y que más se venden en los mercados. En Mallorca es una seta escasa, pero los mallorquines consumimos varias toneladas de Lactarius deliciosus cada otoño-invierno procedentes de la Península, sobretodo de Cataluña, Aragón y Valencia. Para diferenciarlo de nuestro esclata-sang, Lactarius sanguifluus, lo llamamos esclata-sang foraster.

Una característica típica de todos los lactarius es que al hacerles una herida rezuman una secreción lechosa, de ahí el nombre de lactarius. En el caso del Lactarius deliciosus la secreción es anaranjada.

Láminas del Lactarius deliciosus.

LACTARIUS SANGUIFLUUS

Sombrero de Lactarius sanguifluus. De lejos parece una simple piedra.

 El Lactarius sanguifluus es la seta-reina de los mallorquines. Lo llamamos esclata-sang (revienta-sangre) porque al hacerle una herida rezuma un líquido intensamente rojo parecido a la sangre.

 El Lactarius sanguifluus es la seta más buscada en Mallorca. Se la considera una verdadera delicatessen. 
Para más información---> Un paciente agradecido.

LACTARIUS ZONARIUS

Lactarius zonarius sobre hojarasca de Quercus ilex subsp. ilex. Esta seta es tóxica. Su secreción lechosa de color blanco sirve para diferenciarla de los demás Lactarius.

 Pie y láminas de Lactarius zonarius.

Detalle de las láminas de Lactarius zonarius.
 
LEOCARPUS FRAGILIS

 Diminutos cuerpos fructíferos de Leocarpus fragilis creciendo sobre la corteza de un olivo.

Detalle de Leocarpus fragilis.
 
LEPISTA SORDIDA

 La Lepista sórdida es comestible, aunque mi abuelo no tenía costumbre de cogerlas.

 Sombrero de Lepista sordida de un bonito color anaranjado.

En cambio las láminas y el pie suelen ser azules, de ahí que en Cataluña se le llame, peu blau (pie azul).

LYCOPERDON PERLATUM

Este curioso Lycoperdon perlatum en forma de pelota de golf con puntitas crecía a la sombra de un algarrobo sobre la hojarasca en descomposición. Como todas las setas en forma de bola, en Mallorca lo llamamos bufa del dimoni (pedo silecioso del demonio) por su esporulación explosiva.

MACROTYPHULA JUNCEA

Setas filamentosas sobre hojas caídas de un peral. Cuando las vi por primera vez pensé que eran gusanos.

MUCILAGO CRUSTACEA

 Curiosísismo hongo en forma de maná.

Detalle del Mucilago crustacea.

NOSTOC COMMUNE

Este extraño ser verdoso permanece seco hasta que llueve en abundancia. Entonces se rehidrata rápidamente y adquiere este aspecto de moco verdoso.

OMPHALOTUS OLEARIUS

 El Omphalotus olearius es una de las setas más vistosas de Mallorca. Este grupo crecía sobre las raíces podridas de un Salix alba var. vitellina. Es muy tóxica.

Pie y láminas de Omphalotus olearius.

PEZIZA LOBULATA

 Peziza lobulata creciendo sobre el musgo de una pared vertical.

Detalle de la textura del cuerpo fructífero de una Peziza lobulata.

PEZIZA REPANDA

Grupo de setas de Peziza repanda creciendo sobre el suelo del jardín.

Detalle de las Peziza repanda anteriores.

PHYSARUM NUTANS

Esporocarpos de Physarum nutans.

Otros esporocarpos de Physarum nutans.

RAMARIA APICULATA 


Pequeño ejemplar de Ramaria apiculata. Es comestible bien cocinada. Cruda es tóxica.

RAMARIA FLAVA

Vigoroso ejemplar de Ramaria flava. También es comestible bien cocinada.

RAMARIA STRICTA

Ramaria stricta creciendo sobre una gruesa capa de mantillo. Como las dos anteriores, esta Ramaria también es comestible bien cocinada.
 
SCHIZOPHYLLUM COMMUNE

Numerosos cuerpos fructíferos de esta pequeña seta de textura papirácea. Crecían sobre un tronco muerto de Ailanthus altissima.


 Sombrero algodonoso de Schyzophyllum commune.

 
 Láminas marrones de Schyzophyllum commune.
 
SCLERODERMA VERRUCOSUM

  A esta seta en Mallorca también la llamamos bufa del dimoni, porque cuando está madura, si se la toca o pisa, expulsa sus esporas en forma de humo marrón-grisáceo.

 Sobrero verrugoso de Scleroderma verrucosum, de ahí su nombre científico (scleros = seco, derma = piel y verrucosum = verrugoso, osea, piel seca verrugosa).

Scleroderma verrucosum esporulando. Si se le da un golpecito emite una nubecita de esporas marron-grisáceas.

SUILLUS BELLINI

Una seta de Suillus bellini en pleno bosque que parece de cuento de hadas.

Sombrero de Suillus bellini.

Pie y superficie inferior esponjosa de Suillus bellini. En Mallorca a los Suillus y a bastantes Boletus los llamamos pixacans (mea-perros) por la humedad viscosa que recubre el sombrero. Yo me los como y están muy buenos, salvo los muy maduros. Conviene quitarles la piel que recubre el sombrero y la capa esponjosa inferior, aunque si la seta es muy tierna no hace falta.
 
TRICHOLOMA TERREUM

  Grupo de Tricholoma terreum creciendo sobre una gruesa capa de musgo. En Mallorca lo llamanos gírgola d'estepa (seta de jara) y es muy buen comestible. Cuando era un niño, hace 50 años, las cogíamos a kilos con mi abuelo y mi madre las cocinaba fritas con ajos en una gran satén. Estaban deliciosas.

Pie y láminas de Tricholoma terreum.

La mejor manera de empezar el día y el año.

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Este lunes 1 de enero he empezado el año muy animado, y todavía me he sentido mejor tras zamparme este delicioso zumo natural de naranjas Sanguinelli.

La llamada naranja Sanguinelli de España es muy jugosa y proporciona gran cantidad de zumo de un apetitoso color rojo anaranjado.

Pertenece a las variedades llamadas semi sanguinas. Las propiamente sanguinas tienen el color rojo todavía más intenso, casi granate. Su color se debe a la presencia de antocianinas rojas con un potente efecto antioxidante.

Al ser semi sanguina tiene zonas con antonianinas rojas y zonas sin ellas. Su sabor intenso y ligeramente ácido nos recuerda que se trata de una naranja antigua, que surgió por una mutación espontánea en el otro extremo del Mediterráneo hace más de mil años. Los avispados citricultores árabes la detectaron y para que no se perdiese la reprodujeron mediante injertos. Fueron ellos quienes la llevaron en primer lugar a Sicilia y posteriormente a sus amadas Balansiya y Mursiya del Al-Ándalus. Sus descendientes moriscos, antepasados de los actuales valencianos y murcianos, la siguieron cultivando como un tesoro hasta nuestros días. Yo me encontré con un viejo ejemplar cuando compré mi huerto en la falda de una montaña del Valle de Sóller. Es quizás uno de mis naranjos más apreciados.

Recuerdo con nostalgia la emoción que sentíamos mis hermanas y yo cuando nuestra madre nos mandaba a comprar naranjas recién traidas a nuestro pequeño pueblo del interior de Mallorca por un mercader desde el, para nosotros, lejano y casi mítico Valle de Sóller, el Valle de los naranjos. Las intercambiaba por harina y cereales que se producían en abundancia en nuestro pueblo y a cambio traía naranjas, limones y aceite de oliva. Entre los varios kilos que le comprábamos siempre había alguna sanguina.

Os aseguro que este vaso de zumo recién exprimido me ha sabido a gloria y me ha llenado de energía, vitaminas, antocianinas y optimismo.

¡¡¡FELIZ AÑO 2018, AMIGOS!!!

Psidium friedrichsthalianum, el Guayabo Cas de Costa Rica

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La guayaba más ácida del mundo

Hace veintiocho años, con mi huerto de naranjos recién comprado, andaba yo entusiasmado con la ilusión de convertirlo en un jardín de ensueño lleno de árboles exóticos, en un cachito de Paraíso Terrenal en miniatura, en un oasis tropical en plena Serra de Tramuntana de Mallorca. Por fin tenía la oportunidad de hacer realidad mi sueño.

 Dos guayabas Cas de Costa Rica.

Así pues, unos pocos años después, con la maravillosa novedad llena de posibilidades del recién estrenado Internet, me dediqué a comprar online con la Visa semillas de frutales tropicales y subtropicales de todo el mundo y también de árboles forestales y/o ornamentales con alguna característica que a mí se me antojaba interesante. El impronunciable nombre científico de este guayabo costarricense me llamó la atención y pedí un paquetito de semillas.

 Joven Guayabo Cas de tres años de edad.

Con el ambiente cálido del interior de mi casa sembré las semillas en pleno invierno y en primavera ya tenía cuatro pequeños guayabos Cas. En cuanto desapareció el peligro de las heladas tardías los sembré en mi huerto. Dos de ellos se adaptaron muy bien al clima y al suelo calcáreo de Mallorca, mientras que los demás murieron uno tras otro por no poder soportar la cal y el Ph alcalino de 7'5 de la tierra y el agua de riego, que les provocaban clorosis, es decir, anemia vegetal con blanqueamiento de las hojas por imposibilidad de absorber el hierro del suelo.

 El otro guayabo Cas en febrero con sus bellísimas hojas invernales ricas en antocianos rojos y morados para poder soportar el frío de Mallorca. En su Costa Rica natal sus hojas se mantienen verdes durante todo el año.

 Capullos florales a mediados de junio.

 Bellísimas y llamativas flores de un blanco inmaculado en julio.

 Como en todas las Mirtaceae, las flores del Psidium friedrichsthalianum cuentan con numerosos estambres blancos con las anteras beig que rodean un largo pistilo con el estigma verde oscuro en su extremo. Cuatro luminosos pétalos blancos en cruz les indican a las abejas polinizadoras dónde pueden encontrar una gotita de néctar.

 Frutos de guayabo Cas en enero. Suelen caer del árbol en cuanto están maduros.

 Dos guayabos Cas partidos por la mitad.

 Su pulpa parece muy jugosa y apetecible, pero la verdad es que es terríblemente ácida, mucho más que el más agrio de los limones.

En Costa Rica preparan un delicioso refresco con el zumo de su pulpa que ellos llaman "fresco de cas".


PIZZA MALLORQUINA AL ROMERO

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Hoy me ha apetecido comer pizza. He mirado en el interior del frigorífico y al ver un paquete de mozzarella rallada, un botifarrón y dos trocitos de longaniza mallorquina, se me ha ocurrido prepararla con estos ingredientes.


INGREDIENTES PARA LA MASA

-Harina de trigo.
-Aceite de oliva virgen extra 
-Agua tibia.
-Levadura natural de pan.
-Una pizca de azúcar.
-Sal al gusto.

INGREDIENTES PARA LA SALSA

-Un bote de tomate triturado.
-Aceite de oliva virgen extra.
-Romero fresco finamente picado.
-Sal al gusto.

RESTANTES INGREDIENTES

- Queso Mozzarella rallado.
-Un botifarrón mallorquín a rodajas.
-Longaniza mallorquina a rodajas.

 Al no tener albahaca fresca, la he sustituido por estos brotes floridos de romero de la subespecie endémica Rosmarinus officinalis var. palaui de porte pendular.

He mezclado el tomate triturado con el romero, le he echado un chorreón de aceite de oliva virgen extra obtenido de las aceitunas producidas por los varias veces centenarios olivos de la Serra de Tramuntana y un poco de sal y lo he mezclado todo en crudo.

Tras dejar leudar la masa durante dos horas, la he aplanado sobre una bandeja de aluminio forrada con papel de hornear, formando un borde sobreelevado para contener los jugos.

A continuación he repartido la salsa de tomate sobre la masa.

Estos embutidos son típicos de Mallorca: la longaniza se hace con la misma pasta de carne que la sobrasada (carne magra de cerdo con un poco de tocino, pimentón dulce, una pizca de pimentón picante, pimienta negra y sal) y el botifarrón es el equivalente mallorquín de la morcilla (carne de segunda, sobretodo la manchada de sangre, chicharrones, la sangre del cerdo, piñones de pino piñonero, semillas de hinojo, canela, clavo, pimienta negra, sal).

La pizza ya montada a punto de hornear.

Cuando la he sacado del horno olía de maravilla.

Todos los ingredientes combinan perfectamente.

El romero le da un sabor exquisito y un sorprendente aroma a matorral mediterráneo tostado bajo el tórrido sol del verano.

¡Buen provecho, amigos!


Guacamole de rúcula con zumo de pomelo

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Hola amigos: 
Ahora es tiempo de cítricos y aguacates. Así que para aprovechar sus fantásticas vitaminas y antioxidantes, hoy me he preparado un delicioso guacamole con rúcula y zumo de pomelo amarillo.


 INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS

A-Para el guacamole

- Dos aguacates grandes o tres medianos.
- Tres cebolletas tiernas.
- Un tomate grande o dos medianos.
 - Hojas tiernas de rúcula.
- Zumo de un pomelo grande.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal y pimienta al gusto.

Pomelos de la variedad Duncan.

Se debe exprimir el zumo al estilo antiguo, sin exprimidor, apretando cada mitad con las manos sobre un colador de cocina, para que los tejidos blancos terriblemente amargos no amarguen el zumo, que de esta manera es dulce y agradable con menos acidez que un limón.

B-Para la bebida (Dos vasos)

- Zumo de 8 naranjas sanguinas.

 Mis naranjas sanguinas son de la variedad española Sanguinelli.

 El zumo de naranjas sanguinas es extraordinario. Está cargado de vitaminas y antocianinas antioxidantes, que nos aumentan las defensas y nos retrasan el inexorable envejecimiento.

 Visión cercana del guacamole. El tomate se ve muy oscuro porque es de la variedad negra Kumato.


¡BUEN PROVECHO, AMIGOS!


Las antocianinas, los colores de las plantas. Primera parte.

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En la naturaleza, a excepción de las plantas mutantes y/o híbridas manipuladas por el hombre, todo tiene una utilidad, una finalidad. Prima siempre la economía. Los seres vivos, salvo los monos humanos, no malgastan energía por capricho, y para producir pigmentos de vivos colores se necesita mucha energía. Las sustancias que dan color a las plantas son básicamente de dos grupos químicos: las antocianinas (rojo, purpura, amarillo, azul, violeta, salmón) y los carotenoides (rojo, anaranjado, marrón, amarillo).

El color de cada antocianina puede variar mucho dependiendo del ph. Aquí tenéis algunas de las más importantes:


Malvidina ----> Rosa, púrpura.
Delfinidina----> Violeta, malva, azul.
Pelargonidina ----> Rojo, anaranjado, escarlata, salmón.
Cianidina ----> Violeta, magenta.
Petunidina ----> Rojo oscuro, malva.
Aurantinidina ----> Anaranjado, rojo.
Peonidina ----> Amarillento, cerezamorado, azul
Rosinidina ----> Rosa.
Capensinidina ----> Rojo, azul.
Luteolinidina ----> Anaranjado.
Europinidina ----> Púrpura.
Apigeninidina ----> Amarillo.
Hirsutinidina ----> Magenta.
 Pulchellidina ----> Púrpura.
Flavonas ----> Marfil,amarillo, oro.
etc...

1-Antocianinas en las flores.
2-Antocianinas en los frutos y las semillas.
3-Antocianinas en las raíces.

ANTOCIANINAS EN LAS FLORES

A---FLORES NATURALES


Esta diminuta inflorescencia de Muscari neglectum, al ampliarla en el monitor del PC, se ve en todo su esplendor. El intenso color azul de sus florecillas se debe a la antocianina delfinidina.
(Recomiendo ampliar las fotos con un doble click)

Inflorescencia de Euphorbia piscatoria, endémica de Madeira.

Su color se debe a la alta concentración de pigmentos rojo y púrpura.

Inflorescencias masculinas de Populus nigra, fotografiadas en la Sierra de Guadarrama en primavera.

El color intensamente rojo de las anteras de sus estambres las protegen de las heladas tardías.

Inflorescencias masculinas de Abies pinsapo, el abeto de Ronda.

El color rojo las protege de las peligrosas heladas tardías, que podrían quemarlas antes de dispersar el polen.

Inflorescencias masculinas de Myrica faya, la Faya endémica de las Islas de la Macaronesia, teñidas de rojo por el pigmento pelargonidina.

Bellísimas flores de Frankenia hirsuta, teñidas de rosa-violeta por el pigmento cianidina, el mismo que da color a las frambuesas, las zarzamoras, la uva tinta, los arándanos, los murtones y las cerezas.

Luminosa florecilla de Ranunculus weyleri, endémico de Mallorca. Sus pigmentos podrían ser flavonas, que son antocianinas amarillas.

La sorprendente arácea Helicodiceros muscivorus, que emite un fuerte hedor a carne putrefacta para atraer a las moscas carroñeras que son sus polinizadoras, presenta una espata con un logrado color carne gracias a la antocianina malvidina y un espádice peludo que imita a la perfeccción la cola de una rata.---> Helicodiceros muscivorus, el timador de las moscas.

Esta otra arácea endémica de la región Tirrénica, Arum pictum, llama la atención por su espádice y su espata intensamente moradas, casi negras, por los pigmentos cianidina y malvidina en elevada concentración.

Flor de Xanthosoma lindenii endémica de Colombia. La espata intensamente roja nos recuerda su riqueza en pigmento pelargonidina, mientras que el espádice amarillo sería rico en flavonas.

Las bellísimas flores de la Malva hispanica brillan como estrellitas rosadas en los resecos campos de cultivo de almendros y algarrobos del Algarve portugués.---> Una hispánica en el Algarve.

Flores blancas de Vincetoxicum hirundinaria, teoricamente carentes de pigmentos.

Flores casi negras de Vincetoxicum nigrum. Su color se debe a una elevadísima concentración de pigmentos púrpura y malva.

Misterioso Vincetoxicum de Menorca, todavía no clasificado por los botánicos, con sus flores de un bellísimo color rosado. --->Vincetoxicum menorquín de flores rosadas.

Estas flores espectaculares de Paeonia cambessedesii son las más grandes y más hermosas de Mallorca, Menorca y Cabrera.

El color de sus delicados pétalos de papel de seda oscila entre un rosado muy pálido, casi blanco y un intenso color púrpura.---> Dedos de sangre.

El Alhelí del Teide, Erysimum scoparium, es endémico de Tenerife y La Palma. Sus florecillas se abren blancas y se van tiñendo de violeta por la cianidina con el paso de las horas.

Esta plantita endémica de Mallorca, Centaurium bianoris, está en pleno proceso de especiación. En un híbrido fértil entre el Centaurium maritimum y el Centaurium tenuiflorum. Sus genes interespecíficos todavía no están estabilizados en su genoma y sus descendientes muestran una gama muy variada de tonalidades salmón en sus pétalos. Aquí tenéis más información---> Centaurium bianoris, una especie en formación

Las flores del Eucalyptus leucoxylon son realmente espectaculares por su forma y el color rosado intenso de sus numerosos estambres.

Las passifloraceae son las campeonas del maquillaje, como esta Passiflora alata. ---> Passiflora alata, fragancia del Amazonas.

Las flores amarillas ricas en flavonas de la Cistanche phelipaea embellecen las aguas salobres de las rías y albuferas, como las de la imagen fotografiadas en la Ria Formosa de la ciudad de Faro, capital del Algarve.---> Cistanche phelipaea, reina de la Ria Formosa

Cuando la Feijoa sellowiana se cubre de flores es un verdadero espectáculo. Sus numerosos estambres rojos acabados en una antera amarilla, sus largo pistilo granate y sus pétalos rosados por su cara superior y blancos por la inferior son un bellísimo caleidoscopio de tonalidades con el rojo en diferentes concentraciones como pigmento principal. ---> Feijoa sellowiana, le encanta el Mediterráneo

La mayoría de Orobanchaceae como la pequeña Orobanche nana de la imagen son plantas parásitas e hipogeas y carecen de clorófila. Sus hojas se reducen a pequeñas escamas y sus raíces forman una callosidad que se une fírmemente a las de la planta parasitada mediante haustorios o ganchos succionadores, destinados a absorber la savia elaborada por su víctima. Sin embargo, cuando despliegan sus flores fuera de la tierra, las embellecen con vivos colores. En el caso de la Orobanche nana los pigmentos son el azul de la delfinidina combinada con el violeta de la cianidina.

La cianidina violeta con un toque de pelargonidina roja colorean estas florecillas de Polygala myrtifolia en una combinación insuperable por su belleza.

En esta florecilla de Pyrus betulifolia solo están pigmentadas las anteras rosadas de los estambres. ---> Pyrus betulifolia, las peras más pequeñas del mundo

Flor intensamente amarilla de Potentilla reptans. Sus pigmentos podrían ser flavonas.

El Lotus berthelotii, llamado Pico de paloma, es endémico de Tenerife. Sus flores lucen una bellísima combinación de antocianinas rojas y anaranjadas y flavonas amarillas. Parecen pequeñas llamaradas de fuego.

La diminuta leguminosa Vicia benghalensis florece en forma de espiga de flores péndulas de un llamativo color púrpura-malva. En su coloración seguramente intervienen varias antocianinas.

La única orquídea endémica de las Islas Baleares, Ophrys balearica, presenta un labelo muy peludo con una concentración tan elevada de antocianinas púrpura, violeta y malva que parece negro. El luminoso escudo malva-púrpura metalizado, que carece de pilosidad, nos muestra el color real del labelo. ---> Ophrys balearica, vestida de terciopelo negro.

Las flores de la única planta mediterránea polinizada por las aves, la leguminosa Anagyris foetida, combinan pigmentos amarillos con carotenoides marrón-anaranjados.

El bellíssimo color rosado de las flores de la crucífera Moricandia arvensis, que fotografié en el municipio de Barlovento de la Isla de La Palma, podría deberse a la antocianina malvidina.

Las florecillas de la leguminosa Onobrychis humilis, que tuve el placer de ver por primera vez y fotografiar en el Cabo de Sâo Vicente del Algarve (Portugal), vistas de cerca son todo un espectáculo. Sus pigmentos podrían ser pelargonidina y malvidina.  ---> La Flora del Fin de Europa.

Ésta es la planta reina de Tenerife, el Tajinaste rojo.

El color de sus flores viene a ser una mezcla de pigmentos rojos, rosados y anaranjados. ---> Tajinaste rojo, la sangre del Teide.

Alucinante pero cierto, las florecillas de Anagallus arvensis pueden lucir todos estos colores. Son bonitas, ¿verdad? ---> Anagallis arvensis, desfile de modelos.

El ovario casi negro y las anteras amarillas de los estambres resaltan el blanco inmaculado de estas flores de Ornithogalum arabicum. ¿Por qué serán tan bellos los diseños de la naturaleza?

La espectacular flor del cafeto de montaña, Coffea stenophylla, aparentemente carece de pigmentos.

También las curiosas flores del árbol de los pañuelos, Davidia involucrata, que fotografié en el Jardin de Luxemburgo de París, carecen de pigmentos, a excepción de los filamentos amarillos y las anteras negras de los estambres.

Los pétalos de las hermosas flores de la Lavatera maritima presentan un gradiente decreciente de pigmentos malva, muy concentrado en la base y muy tenue, casi blanco, en el extremo de los pétalos.

La flor de la sudafricana Gardenia thunbergia sólo presentan pigmentación en sus estambres y pistilo. ---> Gardenia thunbergia, la fragancia de Sudáfrica.

A nuestro mediterráneo romero, Rosmarinus officinalis, también le gusta maquillarse. Este ejemplar luce unas flores del típico color azul.

Pero también puede maquillarlas con este suave color violeta.

O este rosado pálido.

O también carecer de pigmentos como en este ejemplar albino.


Esta magnífica Euphorbia pulcherrima de porte casi arbóreo crece esplendorosa en la ciudad algarvense de Faro. Sus flores estaban así de bonitas en pleno mes de mayo, contradiciendo su nombre popular de Flor de Navidad.


Sus brácteas, disfrazadas de falsos pétalos, presentan una gran concentración de pigmentos rojos y rosados. ---> Euphorbia pulcherrima de la ciudad de Faro.

B---FLORES MANIPULADAS POR EL HOMBRE


Tulipanes negros en los jardines de los Champs Élysées de Paris.

Su intenso color morado se debe a una combinación en elevadas concentraciones de malvidina y cianidina.

 Los capullos florales del albaricoque están cubiertos por unos sépalos intensamente rojos por el pigmento pelargonidina para protegerlos de las heladas tardías que podrían quemarlos.

Las flores del melocotonero presentan unos pétalos ligeramente rosados por el pigmento ¿pelargonidina? y las anteras de los estambres intensamente granates por una gran concentración del mismo pigmento.

Esta bellísima rosa fotografiada en los jardines de la Alhambra de Granada presenta una pigmentación a base de antocianina roja y flavonas amarillas en muy baja concentración.

Esta espectacular rosa de la variedad disoessence, fotografiada en el Jardín botánico de Córdoba, presenta una ligera pigmentación de cianidina violeta.

Estas exultantes rosas de la variedad Perle Noir deben su intenso color rojo sangre a una elevada concentración de pelargonidina.

Esta Primula ssp. combina en sus pétalos la antocianina roja pelargonidina y una flavona amarilla.


La Aquilegia vulgaris presenta numerosas variedades cultivadas con flores de colores muy llamativos como la de la imagen con pétalos rosados y blancos. El color rosado se debe a una baja concentración del pigmento ¿malvidina?

Las flores dobles de Oxalis pes-caprae "florepleno" presentan un intenso color amarillo por su riqueza en flavonas y un ligero tinte rojizo en la base de los pétalos por el pigmento pelargonidina.

Flores de Magnolia x soulangiana, con sus espectaculares pétalos rosados por su parte externa y blancos por su parte interna. El color rosado se debe a una muy baja concentración de malvidina.

ANTOCIANINAS EN LOS FRUTOS Y LAS SEMILLAS

A---EN PLANTAS NATURALES


Vainas y semillas del árbol del Coral sudafricano, Erythrina caffra.

Sus semillas son muy duras y tan rojas que no parecen naturales. ---> Erythrina caffra, el árbol del coral sudafricano.

Las semillas de la Anagyris foetida presentan un llamativo color azul violeta, seguramente por una gran concentración de las antocianinas delfinidina y cianidina. ¿Cuál será la finalidad de este color?

Las semillas del ricino ya no pueden ser más bonitas. ---> El Ricino: un veneno, una medicina, una tortura.

Fruto intensamente rojo de Ruscus aculeatus, rico en la antocianina roja pelargonidina.


 Sámaras de Acer buergerianum, fotografiadas en septiembre en la finca del maestro en el arte del bonsai Joan Joy. Su ala roja está pigmentada con ¿pelarginidina?

Frutos del cafeto de tierras altas, Coffea stenophylla, con su exocarpio intensamente pigmentado con pelargonidina. ---> El cafeto, un ejemplo de inteligencia vegetal.

Infrutescencia de Paeonia cambessedesii. Los tejidos que rodean las semillas presentan un intenso color rojo carne con tintes purpúreos por la combinación de las antocianinas malvidina y pelarginidina.

Frutos maduros de Cneorum tricoccon con un bonito color rojo anaranjado por la combinación de la antocianina roja pelargonidina y un carotenoide amarillo. A medida que va madurando el pigmento rojo predomina sobre el amarillo.

Frutos azules casi negros de Vaccinium padifolium, endémico de Madeira, con una elevada concentración de pigmento azul, púrpura y violeta en su exocarpio.

Frutos en diferentes grados de maduración de Myrica faya, la macaronésica Faya. A medida que van madurando se van coloreando con pigmento rojo pelargonidina y finalmente con malvidina púrpura.

 Fruto en forma de cono y semillas rojas de Magnolia grandiflora, intensamente rojas por el pigmento pelargonidina.

 Fruto muy oscuro casi negro de Myrcianthes pungens, el mirto del Brasil. En su exocarpio se concentran los pigmentos malvidina y cianidina. ---> Myrcianthes pungens, el mirto del Amazonas.

Pequeñas ciruelas rojas de Prunus azorica, endémica de las Islas Azores. A medida que maduran se van pigmentando con la antocianina pelargonidina.

El Cardón canario, Euphorbia canariensis, produce numerosos frutos pigmentados de rojo y púrpura a lo largo de las aristas de sus tallos.

Bonitos, ¿verdad? Parecen soldaditos con cascos rojos en formación.

Fresitas silvestres de Fragaria vesca del Pirineo francés, intensamnete rojas por la pelargonidina, el mismo pigmento que colorea las dalias y las amapolas.

Frutos intensamente azules del mundillo, Viburnum tinus. Su bellísimo color se debe a su gran concentración de la antocianina azul delfinidina, la misma que colorea las flores azules de numerosas plantas.

Frutos púrpuras de Euphorbia piscatoria, endémica de Madeira.


 Cono de Cedrus libani, rico en antocianina delfinidina, que al mezclarse con el color verde de la clorofila da como resultado este bonito color azul turquesa pálido..


Cono azul turquesa pálido de Macrozamia communis, llamada Brurrawang de Nueva Gales del Sur, una planta muy primitiva de la familia de las Zamiaceae.

B---EN PLANTAS MUTANTES Y/O MANIPULADAS POR EL HOMBRE


Ricinus communis var. sanguineus. El ricino silvestre original es completamente verde en todas sus partes.

Los higos de la variedad mallorquina BLAVA presentan un poco de delfinidina azul en su exocarpio, mezclada con los típicos pigmentos morados y rojos. La delfinidina sólo se aprecia al incidir los rayos del sol sobre el sicono, ya que a simple vista se ven moradas. ---> Navegó de Mallorca a las Islas Canarias con los repobladores tras el genocidio de los Guanches y 500 años después volvió a sus orígenes.

Higos de la variedad mallorquina ROTJA (roja). Su exocarpio presenta una mezcla de antocianinas rojas y moradas, más oscura alrededor del ostíolo y más clara cerca del pecíolo.

La pulpa de los higos de la variedad Sevillana también está pigmentada con pelargonidina roja. ---> Higuera sevillana, del Guadalquivir a Mallorca.

Vaya explosión de colores, ¿verdad? Rojo, amarillo, anaranjado, etc... La naturaleza se las ingenia para tentar a los animales, consiguiendo así que se coman los frutos y dispersen las semillas lo más lejos posible de su madre para conquistar nuevos territotios.

Ciruelas intensamente moradas, casi negras, de la variedad Friar. La pulpa es mucho más clara.

Frijoles rojos con manchas blancas, pigmentados con ¿pelargonidina y malvidina?

El Paraguayo maquilla sus deliciosos frutos con pigmentos rojos y amarillos para hacerlos apetecibles a los animales frugívoros. En la naturaleza todo tiene una intención, una finalidad, una utilidad.

Manzanitas intensamente rojas del manzano de jardín de la especie Malus x moerlandsii "Profusion". Su pequeño tamaño tiene la finalidad de facilitar su deglución por las aves frugívoras, para que luego defequen las semillas lejos de su madre.

¡Vaya maravilla que nos ha regalado Asia! Los litchis se visten de rojo para llamar la atención de los animales frugívoros. ---> Litchi chinensis, el bombón de China.

También el ciruelo de la variedad mallorquina Frare roig (fraile rojo) viste de morado, rojo y rosado sus dulces frutos.

Las moras de zarzamora, Rubus ulmifolius, presentan una concentración tan exagerada de pigmentos púrpura que se ven negros.

ANTOCIANINAS EN LAS RAÍCES


Hace varios veranos un grupo de amigos amantes de las plantas visitamos un viejo encinar prácticamente virgen ubicado en plena Serra de Tramuntana de Mallorca. Era agosto y hacía varios meses que no llovía. Entre las vetustas encinas corría un torrente que estaba a punto de secarse. Nuestra sorpresa fue mayúscula al comprobar como las encinas habían emitido numerosas raíces rojas directamente dentro del agua del torrente en un desesperado intento de no morir de sed.

Detalle de la maraña de raíces rojas, cuyo color nos hizo suponer que iba destinado a protegerlas de los intensos rayos del sol que lograban filtrarse a través de las copas de las encinas. .

En la bellísima ciudad de Horta, capital de la Isla de Faial del archipiélago de las Azores, hay un pequeño paseo marítimo embellecido por centenarios Metrosideros excelsa endémicos de la lejana Nueva Zelanda. Esta mirtácea arbórea tiene tendencia a emitir raíces aéreas desde las ramas y la parte alta del tronco, que descienden hasta el suelo rodeando la corteza y al llegar a la tierra se introducen en ella y ayudan al árbol a absorber más agua y nutrientes. Con el tiempo acaban fusionándose con el tronco principal, aumentando así su grosor.

Detalle de las raíces aéreas del Metrosideros excelsa azoriano, pigmentadas con ¿pelargonidina y malvidina?


Las antocianinas, los colores de las plantas. Segunda parte.

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En la naturaleza, a excepción de las plantas mutantes y/o híbridas manipuladas por el hombre, todo tiene una utilidad, una finalidad. Prima siempre la economía. Los seres vivos, salvo los monos humanos, no malgastan energía por capricho, y para producir pigmentos de vivos colores se necesita mucha energía. Las sustancias que dan color a las plantas, sin tener en cuenta la clorofila, son básicamente de dos grupos químicos: las antocianinas (rojo, purpúreo, amarillo, azul, violeta, salmón) y los carotenoides (rojo, anaranjado, marrón, amarillo).

El color de cada antocianina puede variar mucho dependiendo del ph. Aquí tenéis algunas de las más importantes:

Malvidina ----> Rosa, púrpura.
Delfinidina----> Violeta, malva, azul.
Pelargonidina ----> Rojo, anaranjado, escarlata, salmón.
Cianidina ----> Violeta, magenta.
Petunidina ----> Rojo oscuro, malva.
Aurantinidina ----> Anaranjado, rojo.
Peonidina ----> Amarillento, cerezamorado, azul
Rosinidina ----> Rosa.
Capensinidina ----> Rojo, azul.
Luteolinidina ----> Anaranjado.
Europinidina ----> Púrpura.
Apigeninidina ----> Amarillo.
Hirsutinidina ----> Magenta.
 Pulchellidina ----> Púrpura.
Flavonas ----> Marfil,amarillo, oro.
etc...
1-Antocianinas en la brotación primaveral.
2-Antocianinas en hojas caducas otoñales.
3-Antocianinas en hojas perennes invernales.
4- Antocianinas en plantas naturalmente coloreadas.
5-Antocianinas en plantas mutantes.

ANTOCIANINAS EN LA BROTACIÓN PRIMAVERAL
Básicamente las antocianinas primaverales protegen los brotes y hojas nuevas del frío absorbiendo el calor del sol. Cuando avanzan los días y desaparece el peligro de una helada tardía las hojas pierden su color característico y se vuelven verdes.

Bellísima brotación primaveral de Quercus pyrenaica a mediados de mayo, fotografiada en la Sierra de Guadarrama de Madrid. Su intenso color rojo carne por la gran concentración de pelargonidina y otros pigmentos encarnados protege las hojas tiernas de una peligrosa helada tardía. Si os fijáis, además del color rojo, las hojas también se cubren de un fino abrigo de vello. La naturaleza lo tiene todo previsto.
(Recomiendo ampliar las fotos con un doble click)

 
Luminosa brotación primaveral de Sapindus saponaria, el árbol americano del jabón. Sus frutos contienen un 30% de saponina y antiguamente se utilizaban para lavar la ropa, por lo que había la costumbre de sembrar este árbol en huertos y jardines con esta finalidad. Conseguí mis dos jaboneros a partir de unas semillas que me traje del San Anton Botanical Garden de la isla de Malta.


Brotación primaveral de Duabanga sonneratioides, el árbol Lampati de la India, Nepal y Vietnam, fotografiado en el Jardín Botánico de la Orotava en la Isla de Tenerife. La mezcla del color verde de la clorofila con el rojo de una antocianina da como resultado este curioso color marronáceo.

El castaño de China, Aesculus wilsonii, también colorea sus brotes tiernos con antocianinas. Este ejemplar crece en el "Jardin des Plantes" de París.

La higuerita rastrera asiático-australiana Ficus repens vive feliz pegada a las rocas volcánicas de las Azores. En estas paradisíacas islas atlánticas, donde se ha asilvestrado, protege sus brotes tiernos del frescor primaveral con antocianinas.


También el ciruelo de Sudáfrica, Harpephyllum caffrum, colorea con pigmentos rojos sus brotes nuevos.

La espectacular Paeonia cambessedesii, endémica de Mallorca, Menorca y Cabrera, protege sus hijitos con una gran concentración de pigmentos rojos, malvas y púrpuras. Cuando en febrero o marzo germinan sus semillas, las pequeñas paeonias se asoman al mundo bien oscuras, para protegerse de las temibles heladas tardías.

Su concentración de pigmentos es tan exagerada que las diminutas plántulas se ven casi negras.


También las Paeonia cambessedesii adultas brotan vestidas de malva y púrpura en febrero. Parecen dedos ensangrentados saliendo de la tierra.


Las plántulas de Koelreuteria paniculata, llamado jabonero de China o árbol de los farolitos, originario de China y Corea, tiñen sus primeras hojitas con antocianinas, para protegerse de una traicionera helada tardía.


Un caso curioso es el Zapote blanco de México, Casimiroa edulis, que en su tierra de origen se comporta como un árbol de hoja perenne y en Mallorca como un árbol caduco o semicaduco para poder soportar el frío del invierno mediterráneo. Sin embargo, en los inviernos muy cálidos, como en  el ejemplar de la imagen, se comporta como perenne. De todas formas no se la juega y procura colorear sus brotes nuevos primaverales con antocianinas rojas.


Las hojas nuevas de este ejemplar cultivado cerca de la costa de Mallorca, donde recibe la cálida influencia de la brisa marina, lucen un color rojo intenso.


En cambio este otro ejemplar, hermano del anterior, cultivado en el centro de la isla, donde los inviernos son mucho más fríos y se producen heladas de hasta -5ºC, ha perdido todas las hojas comportándose como caduco y en primavera sus brotes nuevos presentan una coloración muy oscura, de manera que de lejos sus hojas parecen negras.


En lugar del vivo color rojo de los brotes de su hermano que vive en la costa, éste luce un color púrpura muy oscuro. No cabe duda que la finalidad de las antocianinas en los brotes primaverales es la protección del frío.

ANTOCIANINAS EN HOJAS CADUCAS OTOÑALES
Otro caso muy distinto son las antocianinas de los árboles, arbustos y lianas de hoja caduca en otoño,  cuya finalidad consistiría en proteger las hojas del frío otoñal mientras la planta reabsorbe a toda prisa la clorofila y los nutrientes y los acumula en el tronco y las raíces para pasar el invierno. De esta manera al caer las hojas, ya convertidas en simples carcasas de celulosa, no pierde nada importante y en primavera puede volver a brotar vigorosamente gracias a las reservas acumuladas.

Espectacular Acer opalus subsp. granatense, una reliquia del cuaternario, adaptado al traicionero clima mediterráneo, preparándose para la hibernación con un bellísima coloración rojo-anaranjada.

Sus hojas pasan de un verde intenso a amarillo, luego naranja y finalmente rojo, a medida que las temperaturas otoñales van bajando. Cuando el arce ha reabsorbido todos los nutrientes importantes de sus hojas, éstas caen, se pudren y la celulosa y los pocos nutrientes que no había reabsorbido se convierten en compost, que el árbol absorberá en primavera a través de sus raíces. En la naturaleza no se pierde nada, no se desperdicia nada, prima siempre la economía. La máxima ambición de los seres vivos es sobrevivir y el arce lo sabe hacer muy bien. Cuando aumentan las horas de luz y las temperaturas se hacen más cálidas, el arce manda hacia arriba, hacia las yemas, los nutrientes acumulados en sus raíces durante el otoño y éstas brotan vigorosamente.

Otro caso similar al anterior es el del fresno de flor, Fraxinus ornus, que en otoño viste sus hojas de rojo-magenta, para protegerlas del frío mientras el árbol reabsorbe la clorofila y los nutrientes.

Una vez reabsorbidas todas las sustancias importantes que contenían sus hojas, éstas caen, se convierten en compost y vuelve a empezar el eterno ciclo de la vida del fresno.

También el serbal común, Sorbus doméstica, sigue el mismo patrón de comportamiento.

Sus hojas otoñales lucen un hermoso color anaranjado poco antes de caer.

La vid de la variedad Touriga nacional, una de las más antiguas ya cultivada hace varios milenios por los viticultores fenicios, viste sus hojas otoñales de un color púrpura intenso.

Es una vid muy friolera. Tiñe sus hojas con antocianinas e inicia la reabsorción de los nutrientes mucho antes que el ciruelo que se ve detrás de este sarmiento.

El árbol de Júpiter, Lagerstroemia indica, también sigue el mismo patrón de comportamiento.

Sus hojas otoñales se visten de un intenso color rojo-anaranjado y durante un par de semanas convierten al árbol en un hermoso espectáculo de la naturaleza.

ANTOCIANINAS EN HOJAS PERENNES INVERNALES
En el caso de muchos árboles, arbustos, lianas y hierbas de hoja perenne, las hojas otoñales también se colorean con antocianinas, pero su finalidad no es propiamente proteger al árbol del frío mientras reabsorbe los nutrientes de sus hojas, sino hacerlo durante todo el otoño y el invierno para que sus hojas puedan soportar las bajas temperaturas sin sufrir una congelación letal.


Los pigmentos oscuros absorben el calor de los rayos solares y evitan que las hojas sufran quemaduras por el frío, como ocurre en este guayabo-fresa del Brasil, Psidium cattleianum, que en Mallorca se viste de púrpura durante el invierno, mientras que en su cálido y tropical país de origen sus hojas permanecen verdes durante todo el año.

Este diminuto Sedum hirsutum, fotografiado en un bosque de Miraflores de la Sierra, en otoño e invierno sintetiza antocianinas rojas y las concentra en sus hojas para que no sufran quemaduras por el frío.

Al igual que el anterior, este Sedum brevifolium, fotografiado en la Sierra de Guadarrama, teme tanto al frío invernal, que concentra gran cantidad de antocianinas púrpuras en sus diminutas hojas carnosas, para asegurarse de que la nieve que con toda probabilidad lo va a cubrir durante varios meses no le ocasione la muerte por congelación.


El tropical Cerezo del Surinam, Eugenia uniflora, tiene mecanismos genéticos increibles que le permiten adaptarse al frío cuando es cultivado en clima mediterráneo. Para ello activa varios genes ancestrales que en su cálido país de origen permanecen inactivos y/o bloqueados en su genoma y sintetiza grandes cantidades de antocianina púrpura, que tiñe sus hojas de un bellísimo color granate, soportando así sin ningún problema el frío del largo invierno mallorquín.


Otro caso similar al anterior es el del Guayabo Cas de Costa Rica, Psidium friedrichsthalianum. Aquí vemos este ejemplar con las hojas cargadas de antocianina púrpura en pleno invierno.

Las hojitas y los brotes de la conífera japonesa Cryptomeria japonica pasan de un verde intenso en verano a un oscuro color marrón rojizo en invierno.

De esta manera soporta sin problemas el frío y la nieve.

ANTOCIANINAS EN PLANTAS NATURALMENTE COLOREADAS
Hay plantas que presentan antocianinas en las hojas y los tallos durante todo el año, independientemente de la estación y el frío.


La Fuchsia magellanica tiene los tallos rojos y las hojas verde-rojizas. Su pigmentación se hace más acentuada desde finales de otoño hasta bien entrada la primavera, mientras que en pleno verano se muestran mucho más verdosas. Los tallos se mantienen rojos durante todo el año.


Hojas, tallos y flores de Fuchsia magellanica asilvestrada, fotografiada en la isla de Faial del Archipiélago de las Azores a mediados de mayo.

 Encephalartos horridus, una planta antediluviana a medio camino entre un helecho y una palmera, con sus llamativas hojas azules ricas en la antocianina azul delfinidina. Pertenece a la familia de las Zamiaceae.

Se defiende con temibles espinas que desarrolló hace millones de años para protegerse del hocico famélico de los dinosaurios herbívoros.


El croton, Codiaeum variegatum, como su nombre indica, en su forma natural presenta las hojas variegadas, con partes verdes, amarillas y púrpuras.


Detalle de las hojas de croton.

ANTOCIANINAS EN PLANTAS MUTANTES


Una sorprendente mutación espontánea en los tupidos bosques de encinas de la Serra de Tramuntana de Mallorca dio lugar a esta rara forma granate o púrpura, Quercus ilex var. atropurpurea. Me la regalaron los técnicos del Centro forestal de la finca pública de Menut. Su pigmentación se atenúa en pleno verano y se incrementa en invierno y primavera.

La lechera africana, Synadenium grantii, es una euforbiácea que en su forma natural tiene las hojas verdes, pero cuenta con una variedad mutante " rubra", que presenta una pigmentación variegada con las hojas manchadas de púrpura.

Llamativo y vigoroso Ricinus communis "sanguineus" con las hojas, los tallos y los frutos pigmentados con antocianinas rojas y púrpuras. La forma silvestre original es completamente verde y menos vigorosa.

 Forma natural silvestre de ricino, también llamado Ricinus communis "minor", sin ninguna pigmentación.

 Espectacular haya púrpura, Fagus sylvatica var. atropurpurea, creciendo en los jardines del Trocadero de París.

Hojas y fruto del haya púrpura parisina. Presentan una concentración tan exagerada de antocianinas púrpuras que parecen negros.

Las antocianinas también pigmentan la corteza de esta variedad mutante de haya, como se puede ver en el bellísimo tronco de este ejemplar centenario que crece en el Jardin de Luxemburgo de París.

 Acalypha wilkesiana "Moorea", llamada Hoja de Cobre de las Islas de los Mares del Sur, fotografiada en el Jardín botánico de la Orotava en Tenerife. Pertenece a la familia de las Euphorbiaceae.

Esta variedad mutante de hojas intensamente granates es muy cultivada por su belleza en los jardines con clima tropical y subtropical de todo el mundo.

En el Real Jardín Botánico de Madrid hay una magnífica colección de arces mutantes, a cual más bello, como este Acer palmatum "Garnet".

Detalle de las hojas del arce de la variedad "Garnet" anterior.

Otro arce mutante de la amplia colección del botánico de Madrid, Acer palmatum "Red Pygmy".

Detalle de las hojas del arce "Red Pygmy".

El Real Jardín botánico de Madrid también cuenta con una gran colección de bonsais, alguno de ellos varias veces centenario. En la imagen podéis ver un Acer palmatum "Beni Chidori" con su impactante coloración anaranjada, por una compleja combinación de diferentes antocianinas.

Detalle de las hojas del arce "Beni Chidori" anterior.

Este bosquete de Acer palmatum "Deshojo" es absolutamente espectacular.

Sus hojas presentan una hermosa combinación de antocianinas rojas y púrpuras.

Pieris formosa "Wakehurst" es un arbusto originario de China, muy utilizado en jardines como ornamental por su vistosa brotación primaveral de un color rosado intenso y brillante. Al avanzar la primavera las hojas van perdiendo su color y se vuelven verdes.


Las antocianinas malvidina y rosidina le permiten sobrevivir a las heladas. Cuanto más fría es la primavera más roja es la brotación primaveral. Este bellísimo ejemplar vive feliz en el magnífico Real Jardín Botánico de Madrid.

Y para terminar aquí tenéis otra planta mutante, una Picea pungens "Glauca", con sus hojas ricas en antocianina azul delfinidina, la cual, combinada con el verde de la clorofila, le da este espectacular color azul turquesa.

Detalle de las acículas de la Picea pungens "Glauca" anterior, fotografiada en un jardín de Esporles en Mallorca.

Los gorgojos del olmo dominan el diseño, la economía espacial y las matemáticas

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 Esta mañana ha brillado un sol radiante tras las abundantes lluvias de estos últimos días (135 litros/m2 en lo que llevamos de febrero, y otros 103 en enero). Al mirar por la ventana y ver el luminoso día que amanecía, me ha apetecido ir a mi huerto a pasar unas horas. 

Mientras me paseaba por los diferentes bancales cogiendo un gran manojo de espárragos trigueros y robándoles dos huevos a las ocas para prepararme unos espaguettis, me he fijado en estos curiosos dibujos que "embellecen" los fragmentos del tronco de un olmo que tuve que eliminar por haber enfermado de grafiosis hace cuatro años. Los tenía que quemar para eliminar los gorgojos y el hongo pero el árbol era tan grande que sólo tuve tiempo de quemar una parte y dejé estos fragmentos para quemarlos el sábado siguiente y al final se me olvidó.

Después de cuatro años la corteza se ha desprendido y bajo ella han aparecido estos bellísimos dibujos.

Detalle de los dibujos anteriores. ¿Verdad que recuerdan a las pinturas rupestres de los aborígenes australianos?

 Los gorgojos del olmo en Mallorca pertenecen básicamente a tres especies: Scolytus multistriatus, Scolytus scolytus y Scolytus kirschii. Todos ellos se alimentan en fase larvaria del tierno, jugoso y nutritivo cambium subcortical del Ulmus minor, que antes de iniciarse la plaga de la grafiosis abundaba como árbol ornamental y asilvestrado en los torrentes de la isla y del Ulmus pumilla, cultivado en calles, parques y jardines urbanos y también privados.

 Antes de la llegada del hongo Ophiostoma ulmi, causante de la grafiosis, los gorgojos Scolytus ssp, que en las Islas Baleares cuentan con numerosos depredadores naturales, se limitaban a causar algunas "molestias o quebrantos de salud" a los olmos sin llegar a matarlos, ya que salvo excepciones el árbol atacado lograba curar las heridas del cambium y sobrevivía.

La grafiosis fue una sentencia de muerte para los olmos de las islas. Los gorgojos hembra, sin saberlo ni quererlo, llevan las esporas del hongo pegadas a su cuerpo y, al penetrar bajo la corteza de un olmo sano, no sólo se alimentan del cambium y ponen los huevos de la siguiente generación, sino que también siembran las esporas del Ophiostoma, que rápidamente germinan y con su micelio invaden los vasos del Xylema del árbol, impidiendo el paso de la savia, con lo que el olmo muere literalmente de hambre y sed.

 La gorgoja, una vez ha sido fecundada por un macho, vuela hacia un olmo sano y penetra bajo la corteza. Con sus diminutas mandíbulas se va comiendo el suculento cambium abriendo un tunel recto de entre 3 y 9 centímetros de longitud y entre 2 y 4 milímetros de anchura entre la corteza y la madera, donde va poniendo los huevos uno a cada lado del tunel a distancias matemáticamente exactas, cubriéndolos luego con su propia caca. 

Cuando nacen las larvas, guiadas por unos sensores químicos y táctiles, empiezan a comer el cambium del lado que les tocó en la puesta, abriendo una galería al principio perpendicular al surco abierto por su madre y escrupulosamente equidistante de las dos galerías vecinas de sus hermanas. Al ir creciendo en tamaño las larvas deben continuar escavando y comiendo de una manera divergente a las galerías de sus hermanas para que sus túneles no coincidan nunca, dibujando entre todas un dibujo bellísimo y matemáticamente perfecto, siguiendo la Secuencia de Fibonacci grabada en sus genes. 

Una vez alcanzado el tamaño adecuado, la larva se metamorfosea en pupa y posteriormente en imago o gorgojo adulto, abriendo un agujero en la corteza para salir al exterior y volar en busca de pareja, y vuelta a empezar el ciclo de su vida. En la imagen podéis ver los agujeritos abiertos al final de cada galería.

 Las dos caras del mismo dibujo. A la izquierda la cara del xylema del cambium que crece hacia dentro en forma de madera y a la derecha la cara del floema del cambium que crece hacia fuera en forma de corteza. Las larvas se comen tanto la capa xylematosa como la floematosa, con lo que el mismo dibujo queda grabado en ambas caras.

 Detalle de las galerías, al principio muy estrechas y perpendiculares al surco abierto por la mamá-gorgoja y paralelas entre sí con respecto a las de sus hermanas vecinas y al final mucho más anchas y divergentes.

 Esta foto y la siguiente pertenecen a otro olmo de mi jardín que murió por la grafiosis el año 2009. Lo eliminé completamente no sin antes fotografiar las larvas.

Al quemar todas sus partes creí haber acabado con el problema, pero cinco años después el otro Ulmus minor que embellecía mi jardín también sucumbió por la grafiosis. Lo más curioso es que parece que los olmos se han ido adaptando durante millones de años al ataque del hongo Ophiostoma y han conseguido que su micelio no penetre en el xylema de las raíces, de manera que éstas, tras la muerte fulminante de la parte aérea del árbol, siguen perfectamente sanas y rebrotan con fuerza numerosos hijuelos bien sanos y vigorosos a varios metros del árbol muerto, los cuales con el tiempo se convierten en nuevos olmos clónicos, que vuelven a ser contagiados por la grafiosis transportada por los gorgojos, y vuelta a empezar el nefasto ciclo de la enfermedad.

Calabaza rellena de "Fava Parada Mallorquina"

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UN EXPERIMENTO QUE NO PUDO SER


Hace un par de meses se me ocurrió la "brillante" idea de preparar "Fava Parada", un delicioso plato mallorquín, en el interior de una gran calabaza puesta a cocinar dentro del horno de leña de mis amigos Matilde y Jaume. Creí ingenuamente que podría dar buen resultado y que nos chuparíamos los dedos, pero al final fue un absoluto fiasco. Lo que más me dolió fue fastidiar la comida a los once comensales. Menos mal que gracias a los "cocarrois" de Matilde y los calamares de Margalida, conseguimos llenarlos el estómago con algo mucho más sabroso que la "fava parada" cruda.

Calabaza de 7.800 gramos comprada en el mercado dominical de Santa María por 15 €.

Jaume, el anfitrión, enseguida echó una mano en el experimento.

Con un gran cuchillo de cerámica le cortó el casquete a la calabaza y vació las semillas.

Casquete que luego serviría como patadera de la "olla".

Las semillas de la calabaza tostadas y ligeramente saladas están deliciosas comidas como pipas.

INGREDIENTES DE LA FAVA PARADA
(para 12 personas)

-Un kilo de habas peladas.
-Un kilo de costilla de cerdo.
-250 gramos de oreja, morro y/o pies de cerdo.
-250 gramos de botifarrones.
-250 gramos de sobrasada o longaniza.
-250 gramos de fideos gruesos tipo fideuá.
-Tres o cuatro tomates grandecitos.
-Media docena de cebolletas tiernas o una cebolla grande.
-100 gramos de tirabeques (optativo)
-Cinco o seis ajos grandecitos.
-Un ramillete de orégano (Moraduix).
-Pimentón dulce.
-Pimienta.
-Aceite de oliva.
-Agua.
-Sal.

Algunos ingredientes.

Más ingredientes.

La costilla de cerdo troceada.

Oreja de cerdo.

Las habas peladas, que deben ponerse en remojo el día anterior para que se cuezan con más facilidad (en nuestro caso ni con este truco conseguimos cocerlas dentro de la calabaza).

En Mallorca llamamos a este plato Fava parada con R de parar, la forma antigua del verbo preparar, que significaría por tanto "haba preparada". No es correcto llamar a este plato Fava pelada, aunque se prepare con habas peladas.

Un servidor pelando los tomates.

El amigo Biel, observado por Jaume, ayudando a vaciar la calabaza después de reblandecer la pulpa con un golpe de calor dentro del horno, con la amiga Marcelina, esposa de Biel y una gran cocinera, sentada a su lado. Ella no estaba muy convencida con el experimento y al final tuvo razón.

A pesar del golpe de calor, no fue fácil sacar la pulpa.

Con todos los ingredientes preparados fuimos rellenando la calabaza por capas.

Salpimentamos cada capa con sal, pimentón dulce y pimienta negra molida.

Entre capa y capa añadimos una buena cantidad de habas peladas previamente hidratadas durante 24h.

Al final llenamos la calabaza con el caldo de hervir las costillas y la oreja.

Ya sólo faltaba poner la tapa.

Y meterla al horno.

Con muy buen criterio Jaume la colocó dentro de un recipiente ajustado que mantenía mejor su forma, pues temíamos que se abriese o aplastase con el calor.

Mientras preparábamos la calabaza, la anfitriona y buena amiga Matilde elaboró unos cocarrois mallorquines en forma de media luna, herencia de nuestros antepasados andalusíes, para comerlos como aperitivo.


INGREDIENTES DE LOS COCARROIS

Para la pasta:

-100 ml de aceite de girasol.
-100 ml de manteca de cerdo.
-100 ml de agua
-500 gramos de harina

Para el relleno

-Acelga muy picada
-Coliflor muy picada
-Pimentón dulce
-Aceite
-Sal 

 Se aplana una bolita de pasta, se echa encima una cucharada de relleno, se dobla la pasta encima del relleno y se cierra con este dibujo a modo de trenza pellizcando y rotando el borde entre dos dedos.

 Se hornean hasta que están dorados y ya se pueden comer. Le salieron deliciosos y nos permitieron matar el hambre mientras esperábamos que se cociera la fava parada..

La calabaza rellena tras una hora y media de horno. Por fuera quedó casi quemada.

Pero por dentro.... ¡vaya chasco! ¡¡¡Estaba cruda!!!

Así y todo la probamos. El sabor era muy bueno, pero cruda fue imposible comerse las habas y la carne.

No todo fue malo, por lo menos nos permitió hacerle esta bonita foto a contraluz.

CONCLUSIÓN: UNA CALABAZA NO PUEDE ACTUAR COMO UNA OLLA A PRESIÓN

 ¡Menos mal del segundo plato de Margalida!: unos fresquísimos calamares a la brasa con una salsa especial. Margalida Suñer es una profesora jubilada y pescadora aficionada poseedora de su propio llaüt (barca de pesca mallorquina) con el correspondiente título de patrón de embarcaciones de recreo. Los había pescado en Porto Colom, el puerto pesquero de Felanitx.

  ¡Fresquísimos!

Margalida y Jaume controlando la cocción de los calamares sobre las brasas.

¡Qué buena pinta! ¿verdad?

Y para endulzarnos el mal trago de la calabaza, nuestra amiga Marce, esposa del amigo Juan Bestard, nos alegró el paladar con este delicioso Tiramisú.

Y nuestro amigo Llorenç nos acabó de alegrar el estómago con esta fantástica ensaimada rellena de crema y pasta de turrón.

Ya sabéis, si queréis preparar una calabaza rellena de lo que sea es mejor que la rellenéis con los ingredientes ya previamente cocidos.

¡Un cordial saludo a todos!

Siembra de patatas Mountain Rose en un macetón

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Las patatas rosadas "Mountain Rose" son el producto de la hibridación experimental en Colorado (USA) entre la variedad de patatas rojas "All Red" y una variedad de patatas blancas. El resultado es una patata con una pulpa intensamente rosada que se mantiene sin cambios tras la cocción.

Su color procede de dos antocianinas rosadas, la Rodinidina y la Malvidina, que además de color le confieren un gran poder antioxidante y anticancerígeno.

Su piel también es rosada. Las patatas de la imagen tienen un aspecto arrugado, reseco y envejecido por haber estado expuestas a la luz  durante varias semanas con la intención de provocar su grillado o emisión de yemas y raíces para su posterior siembra.

Aquí se puede apreciar el grillado de brotes y raíces.

Las patatas Mountain Rose repartidas sobre la tierra del macetón. Sólo falta cubrirlas con una capa de tierra de varios centímetros. El macetón debe situarse a plena luz en un lugar resguardado de los vientos del norte.

Esta variedad recientemente obtenida se ha hecho muy popular entre los chefs de alta cocina. Con ella elaboran unas fantásticas chips rosadas y un apetitoso puré de patatas rosado sin necesidad de añadirles colorantes artificiales.

Oxalis pes-caprae, de sudafricana a cosmopolita

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Se podría decir que esta plantita endémica de Namibia y de la región de El Cabo en Sudáfrica es toda una campeona de la supervivencia. A pesar de no producir semillas fuera de su región de origen, con los bulbitos de sus raíces ha conseguido invadir toda las tierras costeras de la cuenca mediterránea, algunas zonas europeas cercanas al océano Atlántico, Estados Unidos, México, Australia, India, Pakistán, Japón, China, Nueva Zelanda, etc... y continúa expandiéndose. Las condiciones para su propagación son un clima suave cercano al mar y una cierta humedad en la tierra, de ahí su especial querencia por las plantaciones de cítricos.

Es una planta que entra en estivación en verano, secándose sus partes aéreas a finales de la primavera y rebrotando de sus bulbitos a principios del otoño. Este reposo estival le permite sobrevivir a la extrema sequía de los veranos en la cuenca mediterránea.

 Sus flores se abren en ramillete al final de largos tallos de hasta 40 centímetros. Dichos tallos eran una golosina en mi niñez por su picante y refrescante sabor ácido. Los niños arrancábamos un tallo y lo masticábamos. Era el equivalente actual a una chuche que no nos costaba nada. Crecía en abundancia en las cunetas de todos los caminos. Lo llamábamos "vinagrella" en mallorquín. 

Entonces yo ignoraba que su consumo no es nada saludable por su extrema riqueza en ácido oxálico, muy tóxico para la sangre, donde se combina en forma de sales con el calcio y el magnesio, provocando una rápida disminución de dichos minerales en el suero sanguíneo (hipocalcemia e hipomagnesemia) y también para los riñones por su facilidad en combinarse con el calcio de la orina y formar arenillas y cálculos de oxalato cálcico, causa frecuente de dolorosos cólicos nefríticos y otros problemas renales.

  Sus vistosas flores intensamente amarillas son comestibles en pequeñas cantidades, al contener menos ácido oxálico. Se pueden añadir a las ensaladas.

A las abejas les encanta su néctar. No se sabe exáctamente cuál es la causa de su infertilidad fuera de la región austral africana. El hecho es que sus flores muy raramente producen semillas y si las producen son inviables. Algunos botánicos atribuyen su infertilidad a la ausencia de sus polinizadores específicos, aunque es más lógica otra teoría que dice que es una planta autoestéril que necesita la polinización cruzada, la cual resulta imposible en la cuenca mediterránea, al proceder todas las plantas de un único clon reproducido millones de veces a través de los bulbitos. Al tener todas las plantas el mismo genoma clónico no aceptan el polen de sus hermanas mellizas. 

Un caso curioso es el de las Oxalis pes-caprae que han invadido el oeste de Australia. Allí si producen semillas viables en pequeñas cápsulas. Se supone que es debido a que las plantas proceden de varios clones sudafricanos diferentes, mientras que en el mediterráneo todas las plantas derivan de un único clon cultivado en los jardines como ornamental que posteriormente se asilvestró y se convirtió en una plaga.

Es una planta muy bonita que llega a cubrir campos enteros en forma de alfombra amarilla. Es una pena que sea tan invasora.

 Sus hojas son parecidas a las del trébol.

 No les gusta demasiado el sol intenso del mediodía y para evitarlo se pliegan sobre si mismas hasta la tarde.

 En su envés y en sus bordes están cubiertas de pelillos.

 Planta completa surgida de un bulbito tras las primeras lluvias otoñales.

 Detalle de un bulbito.

Está lleno de nutritivas sustancias de reserva que permiten a la planta brotar vigorosamente después de la estivación. Cada planta suele producir hasta 20 bulbillos.

 Hay una variedad tetraploide con doble dotación cromosómica que produce flores muy bonitas con un elevado número de pétalos. Recibe el nombre de Oxalis pes-caprae " florepleno" o "pleniflora".

 Esta variedad de jardín también asilvestrada es bastante escasa, aunque tampoco resulta difícil encontrar alguna en las cunetas y veras de caminos. Son flores parecen pequeñas rosas amarillas con tintes rosados.

 
Las manchas rosadas desaparecen al abrirse completamente las flores.

DISECCIÓN ANATÓMICA DE UN PROHIGO

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 Los PROHIGOS son los únicos higos que contienen a la vez flores masculinas y flores femeninas. Representan la segunda cosecha de frutos del cabrahigo o cabrahiguera. Los higos de la primera cosecha, llamados mamas, y los de la tercera, llamadas mamonas, sólo contienen flores femeninas brevistilas, adaptadas por evolución simbiótica con la avispilla polinizadora Blastophaga psenes para servir de recipiente de sus huevos. Dichas flores femeninas brevistilas, una vez la avispilla ha depositado un huevo en su interior, se transforman en agallas ricas en contenido carnoso y jugoso por la acción de las hormonas segregadas por la larva de la Blastophaga, la cual se alimenta de dicho tejido agállico hasta convertirse en ninfa, y tras la metamorfosis se transforma en una avispilla adulta macho o hembra.

Prohigo a punto de liberar las avispillas adultas, fotografiado hoy día 23 de junio.

A diferencia de los prohigos, mamas y mamonas de las cabrahigueras, las brevas de la primera cosecha y los higos de la segunda cosecha de las higueras cultivadas sólo contienen flores femeninas longistilas, a causa de una mutación espontánea que se produjo hace miles de años, nunca flores masculinas. El largo estilo de sus flores femeninas, de mayor longitud que el ovipositor de la avispilla, lo cual impide que ésta pueda depositar los huevos en su interior, es receptivo al polen de los prohigos transportado por su pequeña polinizadora y, una vez fecundada la flor, produce una semilla viable, que dará lugar a la siguiente generación de cabrahigueras, semicabrahigueras y/o higueras femeninas iguales a su madre cultivada.

 Cuando a finales de junio maduran las avispillas en el interior de las flores-agalla de un prohigo, los primeros en nacer son los machos, dotados de un enorme órgano copulador, cuya única misión en su corta vida consiste en fecundar a las hembras todavía inmaduras. Para ello horada la membrana de la agalla que contiene una hembra, introduce su órgano copulador y la penetra sin miramientos, es decir, la viola y la fecunda. Y así a todas las hembras que encuentra, hasta que acaba sus reservas de semen y entonces se dirige hacia el ostíolo y lo abre con su propio cuerpo, para permitir el paso hacia el exterior de las avispillas hembras fecundadas por él y otros machos. Y una vez ha terminado su misión, muere y se descompone en el interior del prohigo.

El prohigo anterior partido por la mitad para ver su contenido.

Las cabrahigueras o cabrahigos son la forma silvestre ancestral del árbol Ficus carica. Este ejemplar nació en el Torrent de Pareis de Mallorca a partir de una semilla defecada por un ave.

Vieja higuera cultivada de la variedad Bordissot Blanca.

Detalle de la anatomía íntima de un prohigo. Recomiendo ampliar la foto para ver la explicación.

A la izquierda las flores masculinas con sus anteras amarillas y a la derecha las flores-agalla, en alguna de las cuales se puede ver parte del cuerpo negro de algunas avispillas a punto de salir de la agalla.

Visión lateral de un corte del prohigo. Llaman la atención las flores masculinas rodeando el ostíolo, a la espera de que salgan las avispillas hermbras ya fecundadas por los machos y se impregnen con el polen que llevarán o bien a la siguiente cosecha de la cabrahiguera, es decir, a las mamonas, depositando en sus flores brevistilas los huevos de la siguiente generación de avispillas, o bien a los higos de la segunda cosecha de las higueras cultivadas, polinizando sus flores femeninas longistilas con el polen del prohigo.

En esta imagen se ven muy bien las diferencias entre las flores masculinas, arriba, y las flores femeninas transformadas en agallas, en cuyo interior se transparentan las avispillas negras a punto de nacer.

Detalle de tres flores masculinas de prohigo con sus anteras amarillas cargadas de polen.

Polen de prohigo visto al microscopio a 40 aumentos. Se corresponde con el polen de una sola antera. Llama la atención su abundancia y su diminuto tamaño.

Polen de prohigo visto a 100 aumentos.

Y en esta imagen he seleccionado un grupo de granos de polen para verlos mejor, ampliados con la ayuda del Photoshop.

Debo reconocer que me moría por ver el polen de un prohigo y hoy he conseguido hacer realidad esta asignatura pendiente.




Brotes de Bambusa vulgaris con albondiguillas al jengibre y setas shitake

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Salvo escasas excepciones, la inmensa mayoría de brotes tiernos de bambú son comestibles, y algunos excelentes. El único inconveniente es su riqueza en compuestos de cianuro, altamente tóxico, que las primitivas y gigantescas hierbas gramíneas, llamadas cañas de bambú, sintetizan y acumulan en sus brotes o hijuelos para evitar que los herbívoros se los coman. Para sortear este inconveniente, basta con hervir los brotes en agua y sal durante unas dos horas, cambiando el agua tres veces, para que los compuestos de cianuro, que son termolábiles, queden inactivados y los brotes se conviertan en un manjar, una delicatessen.

 Ayer, mientras regaba el jardín, me fijé en los nuevos brotes o hijuelos que mi vieja Bambusa vulgaris estaba echando en la periferia de su gran rizoma que ocupa unos cuatro metros cuadrados. Hacía tiempo que quería probar sus brotes, pero nunca me acordaba de recolectarlos en el momento preciso, es decir, cuando son más tiernos. Sólo le cogí tres. No estaba seguro de que fueran comestibles. Cuando llegué a casa busqué bambúes comestibles en google (edible bamboo species) y encontré una página con una larga lista, y allí estaba la Bambusa vulgaris.

 Sabía que en crudo los brotes de bambú son tóxicos. Así que busqué la manera de eliminar el veneno y tras informarme bien y visionar varios videos en youtube, me dispuse a cocinar mis tres brotes. Como véis en la imagen, empecé quitando las hojas más correosas y la punta de los hijuelos.

 Los tres brotes ya preparados para la cocción.

 Los metí en una cazuela con agua y sal.

 Y tras hervirlos durante dos horas, cambiando el agua tres veces, y retirar las partes más correosas, me quedaron tal como los véis en la imagen.

 Los corté en láminas finas y los reservé para preparar un plato con ellos.

 
 La parte proteica del plato consiste en unas albondiguillas hechas con carne de cerdo muy picada (se puede sustituír por carne de vacuno, de pollo o de cualquier pescado).

INGREDIENTES DE LAS ALBONDIGUILLAS
 (Para dos personas)

-300 gramos de carne picada de cerdo.
-Un trozo de rizoma de jengibre, pelado y triturado.
-Un ajo grande.
-Un chorrito de aceite de sésamo.
-Un chorrito de salsa de soja.
-Pimienta negra en polvo.

 Se fríen en aceite vegetal al que se le añade un chorreón de aceite de sésamo.

 Y una vez doradas se reservan.


LOS DEMÁS INGREDIENTES DEL PLATO
(para dos personas)

-200 gramos de setas shitake.
-Dos calabacines muy tiernos.
-Dos zanahorias medianas.
-Una lima.
-Aceite de sésamo.
-Salsa de soja.
-Pimienta negra en polvo.

 Los calabacines y las zanahorias ya cortados.

 Se fríen en el mismo aceite de las albondiguillas. En primer lugar se echan las zanahorias, a continuación el calabacín y finalmente las setas shitake. Una vez están tiernas se sacan del aceite, éste es guardado para un posterior uso o simplemente eliminado, y se echan en la misma sartén las verduras, las setas, los brotes de bambú y las albondiguillas, y se rehoga todo junto durante un minuto, añadiendo un chorro de salsa de soja, el zumo de una lima y pimienta negra al gusto. No le he echado sal, ya que la salsa de soja ya es salada.

 Y aquí tenéis Los brotes de Bambusa vulgaris con albondiguillas al jengibre y setas shitake. Los brotes tienen una consistencia a la vez tierna y crujiente y un excelente sabor. El plato en su conjunto me ha sabido a gloria. 

¡Buen provecho, amigos!

Berenjenas rellenas de Ajoarriero o Atascaburras

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Hola amigos: hoy me ha dado el venazo de preparar unas berenjenas rellenas de ajorriero. Os aseguro que el experimento ha valido la pena.


INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS

-Una patata grande.
-Dos ajos.
 -Un lomo de bacalao salado de unos 300 gramos.
-Tres berenjenas.
-Aceite de oliva virgen extra.
-Sal al gusto.
-Pan rallado o queso rallado.

El día anterior se pone el bacalao a desalar en agua, cambiándola varias veces. Una vez desalado se hierve sólo cinco minutos para que quede jugoso y tierno y se reserva.

Se hierven las berenjenas y la patata sin pelar en agua y sal. Se sacan del agua y se dejan enfriar. Una vez frías se pela la patata y se parten por la mitad a lo largo las berenjenas y se vacían de pulpa.

Se prepara el ajoarriero en un mortero picando los ajos con un pellizco de sal y añadiéndoles la patata y un poco de aceite de oliva virgen extra hasta conseguir un puré jugoso. Si queda demasiado espeso se le añade un poco del agua de hervir el bacalao.

A continuación se desmenuza el bacalao procurando retirar las espinas sin deshacerlo demasiado, y se añade al ajoarriero.

Se pica la pulpa de las berenjenas y se añade también a la mezcla anterior.

Con la ayuda de una cuchara sopera se rellenan las berenjenas con la mezcla, se espolvorean con pan rallado o queso rallado y se meten en el horno a 200ºC durante unos 10 minutos. Luego se gratinan otros 5 minutos y a comer.


Os aseguro que me han sabido a gloria.

¡Buen provecho, amigos!


Té verde con jengibre y miel de azahar

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UNA MANERA DELICIOSA DE PERDER PESO

Uno o dos tés como éste al día me quitan el apetito. De esta manera tan saludable consigo comer mucho menos sin sentir hambre, y ya he perdido seis kilos en dos meses. ¡Bendita Camellia sinensis y bendito Zingiber officinale!

 Dan ganas de tomar un sorbo, ¿verdad?

 Aquí tenéis los tres ingredientes, además del agua: Té verde chino, adquirido en una tienda de productos asiáticos, un trozo de rizoma de jengibre y un tarro de miel de azahar del Valle de los Naranjos (Sóller-Mallorca).

 Tetera de un vistoso color azul turquesa.

 Este té es delicioso. Cuando lo termine me llevaré la cajita a la misma tienda para comprar otra igual.

 Detalle del té verde.

 Una docena de trocitos de jengibre fresco cortados bien finos para que transmitan al té todo su sabor, aroma y propiedades salutíferas.

 La miel de azahar de Sóller es extraordinaria. Algunos días la sustituyo por azúcar y el sabor del té cambia radicalmente. Es más ácido y se percibe más el jengibre. En cambio con miel es mucho más suave.

¡Buen provecho, amigos!

Ensalada de Alficoz o Pepino de Armenia con Yogur y tomatitos Cherry

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 Aunque se le llame pepino, en realidad el Cucumis melo var. flexuosus es un melón con la pulpa dulce y jugosa cuando está bien maduro. En los pepinos inmaduros la piel es tan fina que si son muy tiernos se pueden comer sin pelar. Esta hortaliza es originaria de Armenia, India y Pakistán. Su cultivo se ha extendido a todas las regiones tropicales y subtropicales de la Tierra, así como también a las que gozan de un clima mediterráneo libre de heladas, como ocurre con sus parientes de la familia de las Cucurbitaceae: melón, sandía, calabaza, calabacín y pepino, que con la ayuda de abundantes riegos u oportunas lluvias primaverales se cultivan con éxito en toda la Cuenca Mediterránea durante los meses cálidos de primavera y verano.

 Alficóz o pepino de Armenia (Armenian cucumber, en inglés) regalado por mis amigos Jaume y Matilde, que lo cultivan en su magnífico huerto-jardín de Son Vivot. Esta hortaliza tiene muchas variedades: piel lisa como el de la imagen, piel rugosa, piel surcada longitudinalmente, verde, amarilla, con rayas blancas, de hábito recto, de hábito curvado, etc...

 Detalle de las rayas blancas y verdes que embellecen los frutos de esta variedad.

Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), el nombre ALFICOZ de este melón alargado, procede del árabe andalusí ALFIQQÚS, lengua hablada por nuestros antepasados andalusíes en los dos tercios más meridionales de la Península Ibérica y las Islas Baleares, el llamado al-Ándalus, que enriqueció con más de 7.500 vocablos el castellano hablado por los "conquistadores" procedentes del norte peninsular. El árabe había adoptado este vocablo del idioma arameo rabínico de sus primos hebreos PIKKUSA, que significa quitar el rabillo al cohombro o pepino para consumirlo. Así pues pikkusa (arameo) ---> al pikkusa (árabe) ---> alpiqqús (andalusí) ---> alficoz (castellano). El idioma catalán también adoptó este nombre andalusí para los pepinos de Armenia ---> ALFICÒS.

 Tomatitos Cherry regalados también por Jaume y Matilde por mi cumpleaños de hoy. La tierra de su huerto les encanta a estas tomateras, que producen cantidades ingentes de frutillas pequeñitas y extraordinariamente deliciosas, con un sabor intenso a tomate y un equilibrio ideal entre acidez y dulzor. Yo me los zampo tal cual como si fueran cerezas.

Detalle de los tomatitos Cherry que parecen perlas rojas.

He probado la piel del alficoz y se me ha antojado un poco amarga, por lo que he preferido pelarlo.

La pulpa está formada por unas paredes carnosas de color verde y un tejido esponjoso que rodea las semillas.

Detalle de las curiosas semillas onduladas todavía inmaduras del alficoz de Armenia. 

He retirado las semillas y me han quedado las paredes carnosas y tiernas. No están muy dulces porque el alficoz todavía no está maduro. Me imagino que al madurar se puede comer como si fuera melón, aunque en general se consume tierno e inmaduro.

 La pulpa troceada.

 En los países de donde es originario el alficoz se suele consumir en ensalada mezclado con yogur natural sin edulcorar. Y ya que os he hablado de la etimología del vocablo alficoz, la palabra yogur procede del turco yogurt, que nos llegó a través del francés yogourt.

 Dos yogures por persona son suficientes.

 En algunos países asiáticos la ensalada se aliña con sal, pimienta y cominos enteros o molidos. Se echa una pizca de pimienta y otra de comino en una sartén con unas gotas de aceite y se tuesta un poco, consiguiendo así que su aroma y su sabor se intensifiquen.

 A continuación se echa en la ensalada y se mezcla con el resto de ingredientes.

 Detalle de las especias tostadas (fritas). El comino le da un toque oriental. Si se prefiere sin comino se aliña simplemente con sal y pimienta.

 La ensalada ya preparada. En este momento se prueba y se rectifica de sal al gusto.

 Se le añaden los tomatitos Cherry y se sirve bien fría.

Se puede comer como plato único en dietas para no engordar y/o adelgazar, como es mi caso, o bien como una simple ensalada de acompañamiento de platos más contundentes.

¡BUEN PROVECHO, AMIGOS!

EL BANANO DE JARDÍN

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El plátano, platanera o banano de jardín, Musa x paradisiaca ´Dwarf Orinoco´, es un cultivar mutante del plátano macho capaz de soportar los fríos inviernos de las zonas costeras de la cuenca mediterránea, donde raramente llega a helar. Al igual que el plátano macho, esta platanera tiene una dotación genética triploide ABB, es decir, con un genoma de Musa acuminata (A) y dos genomas de Musa balbisiana (BB) en el núcleo de sus células. Es originaria de la cuenca del Río Orinoco en Venezuela, donde surgió por una mutación meristemática espontánea.

 Banano de jardín fotografiado a mediados de diciembre en un huerto situado en plena Serra de Tramuntana de Mallorca. Las bajas temperaturas del invierno mallorquín, inferiores algunas noches a 0ºC, no parecen afectarle demasiado, salvo si se mueve viento del norte. Entonces se le queman y deshilachan las hojas, pero enseguida que aumentan las temperaturas a finales de abril, vuelve a brotar vigorosamente hojas nuevas.

 Bananera anterior iniciando la floración a principios de septiembre con la emisión de un capullo alargado.

 Primeras flores abiertas del capullo anterior.

 
 Misma Musa x paradisiaca "Dwarf Orinoco"anterior, en plena floración a mediados de septiembre. Llaman la atención los grandes sépalos intensamente rojos y abiertos hacia arriba.

 En condiciones óptimas la Musa x paradisiaca ´Dwarf Orinoco´ alcanza los 4 metros de altura. Para soportar los largos, resecos y tórridos veranos del Mediterráneo necesita un par de riegos semanales. Agradece el aporte de estiercol o compost bien descompuesto. Suele florecer en pleno verano, desde finales de julio hasta finales de septiembre, con un pequeño racimo de flores rojas. Al igual que en el plátano de Canarias, las primeras flores en abrirse son femeninas, las siguientes hermafroditas y las últimas masculinas. Sólo dan fruto las femeninas y hermafroditas y, al ser un mutante estéril, maduran por partenocarpia y carecen de semillas.

 Flores femeninas partenocárpicas de platanera de jardín con su pistilo rodeado de tépalos rojos. No tienen estambres.

Flores hermafroditas de platanera de jardín con cinco estambres y un pistilo. (Fotografía realizada en un jardín del municipio de Sa Pobla en Mallorca)

Flor hermafrodita de Musa x paradisiaca ´Dwarf Orinoco´ con los dos tépalos rojizos que rodean los 5 estambres y el pistilo.

Otra flor hermafrodita de Musa x paradisiaca ´Dwarf Orinoco´ tras caer del racimo. La fotografía está hecha con un sépalo de fondo.

 Racimo de platanitos de jardín iniciando la maduración a finales de septiembre.

Tamaño real de los platanitos de Musa x paradisiaca ´Dwarf Orinoco´, comparados con mi mano.

Pequeños, gruesos y sabrosos platanitos de jardín ya maduros, con una pulpa jugosa, aromática y muy dulce.

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