Quantcast
Channel: Sangrando en verde
Viewing all articles
Browse latest Browse all 294

Ginkgo hembra, Ginkgo macho

$
0
0
De este fantástico árbol asiático, que sobrevivió misteriosamente a la letal radiación de las bombas atómicas que asolaron Hiroshima y Nagasaki, se ha hablado largo y tendido en libros e internet. No quiero repetir sus virtudes ya conocidas, sólo compartir con vosotros una curiosidad en las semillas de esta maravilla de la naturaleza.

Mi joven Ginkgo biloba con sus llamativas hojas amarillas preparándose para la hibernación en diciembre. Recomiendo ampliar las fotos con un doble click.

Como ya todo el mundo sabe, el ginkgo es dioico, tiene pies masculinos y pies femeninos. En parques y jardines se suelen sembrar ejemplares masculinos, pues los femeninos producen unos frutos cuya pulpa emite un olor nauseabundo cuando está bien madura. 

Brotación primaveral en mayo.

La inmensa mayoría de árboles dioicos producen semillas cuyo sexo no se puede saber hasta que los árboles surgidos de ellas han crecido lo suficiente para florecer. El Ginkgo biloba es una excepción. Sus semillas tienen formas diferentes según el sexo del embrión que contienen. 

Frutos de un árbol femenino.

Aquí podéis ver claramente la diferencia que permite distinguir las semillas del que será un árbol femenino (arriba) y un árbol masculino (abajo). La cáscara de las semillas femeninas tiene sólo dos valvas, mientras que la de las semillas masculinas tiene tres.

Semilla femenina bivalva a la izquierda y semilla masculina trivalva a la derecha.

De esta manera se puede saber el sexo de los futuros árboles sin tener que esperar entre 15 y 20 años a que den las primeras flores. Otro detalle curioso de este árbol que lleva 270 millones de años sobre la Tierra es la exagerada desproporción entre las semillas femeninas con aproximadamente el 95%-98% y las masculinas que representan sólo entre el 2% y el 5% del total. La naturaleza es muy sabia y sabe que el polen de las flores de un sólo macho es suficiente para polinizar las flores de un centenar de hembras. Para perpetuar la especie, pues, resulta mucho más inteligente gastar energía produciendo semillas femeninas.



Viewing all articles
Browse latest Browse all 294

Trending Articles