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Channel: Sangrando en verde
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Una anciana japonesa de 300.000.000 años

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Cycas revoluta, un eslabón en la evolución a medio camino entre los helechos y las palmeras que vio nacer a los dinosaurios.

Magnífica Cycas revoluta hembra con una vigorosa brotación estival, cultivada en el Jardín Botánico de Soller. 

Las primitivas Cycadaceae y Zamiaceae se parecen tanto a las más evolucionadas palmeras que todo hace suponer que éstas son sus descendientes evolutivas directas. A su vez estas dos famílias de plantas antiquísimas descienden de una o más especies de helechos ancestrales que consiguieron transformar sus microsporas masculinas en polen y sus megasporas femeninas en semillas. Las coníferas, las bromelias y las Araceae, todas ellas con inflorescencias en estróbilo, serían también descendientes directos de helechos primitivos, aunque habrían evolucionado por separado a partir de algún ancestro común o de distintos ancestros que fueron capaces de transformar sus megasporas femeninas en semillas por convergencia evolutiva.

Cuatro Cycas revoluta centenarias embelleciendo los fantásticos Jardines de S'Hort del Rei que circundan la catedral de Palma de Mallorca.

 Una de las Cycas revoluta anteriores con una brotación espectacular.

Se tiene constancia del hallazgo de su posible antepasado fósil, una planta todavía más primitiva a medio camino entre un helecho y una conífera que por desgracia se extinguió. Era muy parecida a las actuales Zamiaceae del género Encephalartos. Se trataba de un helecho muy evolucionado que fue capaz de producir megasporas femeninas que no eran dispersadas por el viento sino que se quedaban en el esporangio, germinaban en él y daban lugar a un gametofito femenino con una gran oósfera, la cual era fecundada por un anterozoide procedente de un gametofito masculino. Tras la fecundación se formaba un embrión, un esporofito que paralizaba su crecimiento y entraba en diapausia o reposo. Acababa de nacer la primera semilla. Cuando caía en un medio adecuado, el embrión reiniciaba su crecimiento y daba lugar a una nueva planta, la primera capaz de reproducirse por semillas.

 Inflorescencia femenina de Encephalartos lehmannii de Sudáfrica de la família de las Zamiaceae. Su estróbilo repleto de megasporas femeninas transformadas en semillas tiene un parecido incuestionable con los estróbilos de los helechos de la família de las Equisetaceae, los conos de las Pinaceae y la deliciosa piña de la bromeliácea Ananas comosus.

Inflorescencia masculina de Cycas revoluta en forma de estróbilo  o cono iniciando la floración en la segunda quincena de junio.

Mismo estróbilo masculino anterior en plena floración a principios de julio.

Siempre se había creído que, al igual que en las coníferas, la polinización de las Cycadaceae y las Zamiaceae era llevada a cabo exclusivamente mediante la acción del viento, que transporta el polen de los estróbilos masculinos a los estróbilos femeninos, pero ultimamente se ha constatado también la polinización por insectos, como ocurre en las palmeras, que combinan la acción del viento con la de las abejas y abejorros. Ver artículo australiano --> Cycad pollination

 Otro espectacular estróbilo masculino en un ejemplar del Jardín Botánico de Sóller.

 Y aquí tenéis la prueba irrefutable de que la inflorescencia masculina de la Cycas revoluta es visitada por abejas melíferas. No os puedo asegurar que encuentren néctar, pero sus patas traseras cargadas de polen nos hablan por si solas de lo que buscan estas incansables recolectoras entre los esporangióforos de esta larga inflorescencia. Si es verdad que la Cycas revoluta es polinizada por insectos en su Japón natal, éstos deben ser más pequeños que la abeja europea, pues se ve claramente en el video como intentan entrar una y otra vez entre los resquicios que separan los esporangióforos y sólo algunas veces lo consiguen. Eso sí, las abejas que logran entrar salen al cabo de un rato con dos grandes bolas de polen blanco en sus patas traseras.

Esporangióforos maduros en cuya cara inferior se encuentran los microsporangios masculinos repletos de polen. La semejanza con la reproducción de los helechos, en especial de los Equisetum, es asombrosa. 

Levantando los esporangióforos se ven los microsporangios ya abiertos que han dispersado los granos de polen con la ayuda del viento o bien las abejas los han recolectado. Falta dilucidar si los megasporangios femeninos de la Cycas revoluta producen néctar o alguna feromona para atraer a las abejas que llevan pegado sobre su cuerpo el polen de algún ejemplar masculino.

Detalle de los microsporangios en plena dispersión del polen. La mayoría tienen sus valvas abiertas y están vacíos, pero todavía quedan algunos sin abrir. Llama la atención la abundante pilosidad fieltrada que recubre el esporangióforo.

Cycas revoluta hembra en los Jardines de S'Hort del Rei de Palma de Mallorca.

Misma Cycas revoluta anterior con un cono femenino en plena floración.

 Inflorescencia femenina de la Cycas revoluta anterior. La presencia de esporangióforos secos con semillas maduras en su parte inferior indica que el año anterior ya floreció. Los esporangióforos nuevos se ven muy tiernos en la parte superior.

 Misma inflorescencia, cono o estróbilo anterior. Se ven muy bien las semillas maduras en la parte inferior de los esporangióforos. Cada uno de ellos produce varias megasporas que al ser fecundadas se transforman en semillas rojizas repartidas a los lados de su tallo.

Los esporangióforos femeninos son en realidad hojas modificadas. De ahí su aspecto plumoso. Siento mucho no haber podido hacer fotos de las megasporas todavía sin fecundar que se encuentran a los lados del tallo inferior de cada esporangióforo. La Cycas revoluta de la imagen mide casi dos metros y al estar en unos jardines públicos no me he atrevido a arrancar un esporangióforo para ver los detalles. En mi jardín tengo una Cycas revoluta macho que ya lleva tres años seguidos floreciendo y dos Cycas más pequeñas que todavía no han florecido nunca. Confío en que alguna de las dos sea hembra y así en unos años podré por fin satisfacer mi extrema curiosidad.

Semillas maduras de la Cycas revoluta de la primera foto de esta entrada.

Hace tres años compré estas cuatro semillas por dos euros en el mercado dominical del municipio mallorquín de Santa María.  

Tras retirarles la cubierta fibrosa las sembré en macetas individuales, pero sólo germinó una de ellas.

Todas las partes de la Cycas revoluta son extremadamente tóxicas, sobretodo las semillas, que concentran grandes cantidades de CICASINA y otros venenos hepatotóxicos, hemotóxicos y neurotóxicos, que pueden llegar a matar al 75% de los animales que osan alimentarse de las hojas o los frutos. Los más de 300 millones de años de evolución le han permitido desarrollar múltiples estrategias de supervivencia, como los venenos y las espinas, para disuadir o eliminar a los depredadores con los que ha convivido durante tantísimo tiempo, empezando por los dinosaurios fitófagos. Y al igual que el otro fósil viviente asiático, el Ginkgo biloba, ha sobrevivido a las grandes extinciones que han borrado de la faz de la Tierra más del 90% de las especies animales y vegetales en los numerosos cataclismos que la han asolado. ¿Sobrevivirá también a la plaga humana? Yo creo que sí. Ya lo hizo con los dinosaurios.




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